Un total de 31 universidades españolas, entre ellas la Universidad de Salamanca y otra de Castilla y León, la de Burgos, han sido seleccionadas para el desarrollo de programas universitarios de formación para el empleo de jóvenes con discapacidad intelectual, del desarrollo y/o del espectro del autismo, durante el curso académico 2024/25, en el marco de la octava convocatoria de ayudas de Fundación ONCE, cuya resolución definitiva acaba de publicarse.
Servimedia / ICAL. La iniciativa, que se lleva a cabo por octavo año consecutivo, cuenta con el apoyo financiero del Fondo Social Europeo (FSE), a través del Programa Operativo de Empleo Juvenil (POEJ) y está dirigida a todas las universidades españolas y centros adscritos.
En concreto, las universidades seleccionadas han sido las andaluzas de Almería, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga, Sevilla y Pablo de Olavide, también de la capital andaluza; las madrileñas de Alcalá de Henares, Camilo José Cela, CEU San Pablo, Complutense, Francisco de Vitoria, Politécnica y Rey Juan Carlos; las catalanas de Barcelona, Girona, Rovira i Virgili, Pompeu Fabra y Ramón Llull; las castellanas y leonesas de Burgos y Salamanca; las valencianas de Miguel Hernández, Jaume I y Valencia, y las de Murcia y Católica de Murcia. Además, también impartirán cursos las Universidades de A Coruña, Castilla-La Mancha (Albacete), Cantabria y Extremadura.
Todas ellas deberán ofrecer cursos que proporcionen al alumnado formación universitaria enfocada a mejorar su autonomía, conocimientos humanísticos y su preparación laboral, y dotarle de habilidades necesarias para aumentar sus posibilidades de encontrar un trabajo, accediendo a puestos en la modalidad del empleo con apoyo.
Asimismo, tendrán que proporcionar a estos jóvenes experiencias inclusivas y de normalización dentro de la comunidad universitaria y facilitarles una formación integral y personalizada.
Estos alumnos serán personas con discapacidad intelectual -con un grado igual o superior al 33 por ciento-, de entre 18 y 29 años e inscritos en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil de manera previa al inicio del curso.
Todo esto porque el objetivo principal del programa es implicar a las universidades, como agentes decisivos en la inclusión social, en la formación de jóvenes con discapacidad intelectual, cuyo acceso a la educación superior resulta aún insignificante.
Balance ediciones
Gracias a esta iniciativa, a lo largo de las siete primeras ediciones más de 2.500 jóvenes con discapacidad intelectual han conocido la realidad universitaria. Además, han mejorado su perfil profesional gracias a las prácticas laborales que se incluyen dentro del programa, lo que en algunos casos ha supuesto una contratación posterior.
Fundación ONCE quiere lograr la inclusión social por medio de la formación y el empleo de las personas con discapacidad. Dentro de este colectivo, los jóvenes con discapacidad intelectual representan un grupo con especiales dificultades de inserción laboral, debido a su bajo nivel formativo, por lo que es precisa la realización de actuaciones concretas para invertir esta situación y mejorar su empleabilidad.
Diversas investigaciones ponen en evidencia que la formación de personas con discapacidad intelectual en el entorno universitario en competencias profesionales generales, contando con una titulación emitida por la universidad, incide positivamente en su inserción laboral en diferentes sectores empresariales y supone un crecimiento mutuo para el alumnado con y sin discapacidad.