Lleva acompañando al hombre desde siempre. Sostenible, barato y vanguardista son calificativos que van unidos al barro. Muchos más, pero con estos elementos haremos un botijo. Y, de ahí en adelante, porque son muchos los artículos que se pueden hacer desde el barro, desde elementos decorativos hasta loza. Todos ellos se pueden ver, apreciar y contemplar en la Feria del Barro que desde este viernes y hasta el 18 de agosto se puede pasear en la plaza de Anaya.
Vayamos a lo más vanguardista del barro: Un botijo. Con permiso de la nevera, que tanto bien ha hecho a la humanidad, nos da agua fría, pero no hay un agua más refrescante que la que produce un buen barril y con este calor que cae sobre los hombros como una manta de lana merina, se agradece que hace miles de años, una mente pensó que dándole forma a la arcilla y cociéndola, ese objeto podría conservar el agua, un bien fundamental para la existencia. No hay nada más moderno que un clásico.
Del botijo a los platos, vasos, fuentes, jarras… todos elementos que se encuentran en el hogar y unen a familias, de sangre o de vida, alrededor de una mesa. Otra tradición.
Y cubiertas las necesidades más primarias, como son comer y beber, vayamos a lo decorativo, que no alimenta el cuerpo, pero sí el alma.
Los artesanos llegados de muchos puntos de la geografía patria y del vecino Portugal traen a Salamanca sus flores de barro, carteles que sacan una sonrisa o invitan a pasar, pasiones futbolísticas para todos los géneros y aficiones, árboles de los que brotan colgantes, meninas escapadas de las pinceladas de Velázquez, lámparas que iluminan incluso a oscuras, jardines galácticos…
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