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Explican por qué enfermamos más en vacaciones

Hay dos principales motivos detrás del aumento de infecciones
Playa de Poniente en Benidorm.

Pese a que existe una creencia común que asocia el invierno a ponerse malo, la realidad es que cuando aumentan las infecciones es en verano. Ahora, los expertos han explicado a qué se debe esta cuestión de la que hay dos factores principales detrás de que nos pongamos malos en la época veraniega.

El primer motivo que puede dar lugar a este aumento de patologías es el cambio de temperaturas que se produce entre el exterior y los lugares con aire acondicionado, como pueden ser la oficina o el transporte público. Sin embargo, existe otro más importante, y que tiene que ver con las vacaciones y el estrés.

En verano, “nuestro sistema inmunitario se relaja”, explica el catedrático de inmunología, Alfredo Corell y recoge 20minutos. Por ello, es “más fácil” contraer virus. La principal causa detrás de estas infecciones está relacionada con el estrés, y es que, cuando llegan las vacaciones y se reduce este proceso, las defensas también ‘desconectan’, por lo que el organismo se encuentra en una situación más vulnerable.

El estrés “es un proceso de carácter biológico y psicológico que se pone en marcha cuando las demandas del entorno rebosan”, detalla la psicóloga y profesora de la Universidad Complutense de Madrid, Vanessa Fernández. Por su parte, Corell alade que existen dos tipos de estrés. Uno de ellos, conocido como agudo, y que se da en momentos puntuales, es el que “agudiza la mente y estimula el sistema inmunitario”, por lo que permite que las defensas “estén más vigilantes”. Si bien, cuando alguien se va de vacaciones, “los estímulos que hay a diario dejan de estar porque no hay estrés”.

Junto a este, está el estrés crónico, que se produce cuando alguien se encuentra en este estado de forma prolongada. En estos casos, “se libera cortisol de los riñones, que actúa como el inmunodepresor más potente que se conoce en la naturaleza”, y esto hace que las defensas bajen, afirma Corell, matizando que aquí no influyen las vacaciones, ya que los pacientes “están todo el año enfermos porque están con estrés crónico todo el rato”.

En el estrés crónico hay tres fases, tal y como explica Fernández. La primera es la de alarma, “donde se activan los procesos”, cuando el cuerpo avisa de que está sufriendo demasiado estrés. La segunda es la resistencia, “cuando el estresor se mantiene”, a la que sigue la fase de agotamiento, cuando “ya llevas mucho tiempo estresado y aparece la enfermedad física”. Además, la experta señala que es precisamente en vacaciones cuando “se deja de prestar atención a todo, y el cuerpo, que ya estaba desgastado, debuta por la enfermedad”.

Por último, de cara a prevenir las infecciones durante la temporada estival, los expertos han dado una serie de consejos. Entre ellos, destacan desacelerar progresivamente y no “soltar el bolígrafo e irte a la playa” inmediatamente, porque la persona “está a tope de cortisol y adrenalina”. También apuestan por “escuchar a diario” al cuerpo, “trabajar el sistema inmunitario”, mantener un estilo de vida sano, equilibrado y evitando “las drogas, el alcohol y el tabaco” o “dormir un mínimo de siete horas y media o incluso ocho”.

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