La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene en los radares el ‘arma’ más efectiva para controlar que no se sobrepasen los límites de velocidad en las carreteras españolas. Además, existen diferentes tipos de estos cinemómetros, como los móviles, los fijos o los de tramo. Recientemente, el organismo presidido por Pere Navarro probó una nueva modalidad: los radares de obra.
Esta técnica se puso en práctica a modo de pruebas por parte de la DGT en septiembre de 2022 y, durante la semana en que estuvo activa, multó a 3.400 conductores. El objetivo principal de los ‘radares de obras’ consiste en reducir la siniestralidad en estas zonas, así como evitar que los operarios que se encuentran trabajando estén en peligro.
Es habitual que en las zonas de obras, muchos conductores no hagan caso a las indicaciones especiales, como los límites de velocidad más bajos de lo habitual. Por ello, en septiembre de 2022 la DGT probó esta técnica, multando en tan solo una semana a 3.400 conductores por exceso de velocidad.
En ese momento, el organismo presidido por Pere Navarro instaló cabinas de radar fijo, así como radares móviles en varias zonas de obra. Ese tipo de controles estuvo vigente una única semana a modo de pruebas. Ahora, lo que hay en muchas zonas de obra son carteles indicativos, que muestran la velocidad a la que circula cada vehículo, y una cara triste en caso de sobrepasar el límite.
En caso de colocar radares en las zonas de obra, la DGT indicará al principio del tramo la existencia del cinemómetro, algo obligatorio cuando estos son de carácter fijo, así como una señal con el fondo amarillo en la que se muestra el límite de velocidad permitida.