La Casa Lis acoge desde hoy y hasta el 29 de marzo la exposición ‘Salamanca, 1900’, que permitirá a los visitantes descubrir los usos y costumbres de los salmantinos a principios del siglo XX.
La muestra exhibe más de 80 piezas que proponen un viaje en el tiempo a través de fotografías de la ciudad procedentes de la Filmoteca de Castilla y León y de la familia González de la Huebra.
Además, pueden admirarse cinco reproducciones de los autocromos coloreados de González Gombau nunca expuestos antes.
A ello se suman un telégrafo de la familia González Huebra, varios trajes de época y joyería de la colección del Museo Etnográfico de Castilla y León, juguetes, lámparas, audiovisuales y una escultura que la familia Lis tenía en su casa a comienzos del siglo XX, obra cedida temporalmente por el colegio público Villar y Macías.
La exposición se complementa con la exhibición de otra veintena de fotografías en la Filmoteca de Castilla y León y varios coches de época en el Museo de la Automoción.
La Salamanca de 1900
En torno al 1900 las casas-palacio de la nobleza terrateniente convivían con las casas de vecindad compartidas por varias familias en condiciones antihigiénicas.
Conocida por los cronistas como la ciudad de la muerte, Salamanca contaba entonces con una población de 23.000 habitantes y el 60% de las defunciones se debían a enfermedades contagiosas e infecciosas.
Fue en esa época cuando comenzaron a aparecer síntomas de modernidad con nuevas fábricas de pan, curtidos, imprentas y talleres de carpintería, la mejora del ferrocarril, la construcción del puente Enrique Estevan, La Casa Lis y el Mercado Central, que le dan un aire más europeo a la triste Salamanca.