De ingeniero informático a fotógrafo. Del barrio San José a Los Angeles (EEUU). La vida de Álvaro Valiente ha estado marcada por los cambios y es que, tal y como reconoce en una entrevista con La Crónica de Salamanca, “mi historia es un poco distinta a los demás”. Valiente terminó la carrera, comenzó a trabajar como programador, pero se dio cuenta de que lo que le apasionaba era la fotografía, por lo que decidió dejarlo todo y dedicarse a su pasión.
¿Cuál es su historia?
Yo estudié Ingeniería Informática en la Universidad de Salamanca, y un poco antes de empezar la carrera me compré una cámara, la básica que se compra todo el mundo. Salía a hacer fotos de vez en cuando, era algo que me llamaba la atención, pero tampoco era algo muy importante en mi vida en ese momento. Fue terminar la carrera y mudarme a Barcelona a vivir, y allí coincidí con mi mejor amigo. Poco a poco fui desarrollando una pasión un poco más grande por la fotografía, también empecé a viajar por el mundo y, lo típico, te llevas la cámara para reproducir los lugares. Pero sin ningún tipo de pretensión.
¿En qué momento la bombilla hace ‘clic’ y decide dejarlo todo por la fotografía?
Cuando empecé a subir las fotos que hacía en las redes sociales, y comencé a tener bastante respuesta de la gente. Entonces, fue empezando todo eso a crecer, la gente me iba dando más feedback, también uno se lo va creyendo un poquito más, y empecé a dedicarle un poquito más de tiempo, también empecé a invertir un poco más de dinero en equipo, a seguir viajando y saliendo a hacer fotos, y poco a poco la cosa iba creciendo, hasta que empezó a ocupar prácticamente todo mi tiempo libre, y empecé a planificar un poco los viajes para crear un poco ese contenido y esas fotos, en lugar de vacaciones o un viaje al uso, sino más enfocados en obtener las mejores fotos.
Entonces, llegó un momento en ese punto en el que yo estaba trabajando de programador, pero a la vez estaba trabajando de fotógrafo en mi tiempo libre y, esto fue alrededor de 2021, nos mudamos a A Coruña a vivir desde Barcelona, y algo en mí decía que no era feliz haciendo lo que hacía, por lo que aproveché y decidí intentar desarrollar mi carrera como fotógrafo. Dejé mi trabajo como programador y me dediqué exclusivamente a hacer fotos y vídeos, y a ser freelance. Y hasta aquí a día de hoy.
¿Qué significa para usted la fotografía?
Es lo que me hace feliz, la verdad es que llevo ya varios años haciendo esto y el momento de estar haciendo fotos, sea donde sea, de paisajes, en un estudio, en la calle… me hace muy feliz. No sé cómo ha ocurrido esto en mi vida, porque si me paro a pensarlo me sorprende mucho, porque yo desde que empecé a estudiar Ingeniería Informática sabía que quería hacer programación y creía que me iba a dedicar toda la vida a ello. Pero algo cambió en mí en un determinado momento y empezó a hacerme feliz todo esto.
¿Cómo aprendió?
Todo autodidacta, a base de probar, de fallar, de cometer errores y de aprender de ello. Nunca estudié nada de fotografía, todo fue aprendido así, y fijándome mucho en gente que me gustaba lo que hacía, intentando ponerme a su nivel a base de probar y pasar muchas horas haciendo fotos, editándolas. Y lo mismo con el vídeo.
Con esto no quiero decir que la gente no tenga que estudiar una carrera. Yo ahora mismo si pudiera volver atrás y decidir qué quiero estudiar, obviamente, me encantaría la fotografía. Pero, obviamente, ya llega un punto en la vida que quizá hacer otros cinco años o los que sean de una carrera de fotografía no es posible, y tienes que ir con lo que has hecho.
¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
La sensación que más me gusta es cuando tengo algún trabajo que implica viajar, el hecho de estar en la naturaleza, absolutamente apartado de todo, de las ciudades, de las prisas, de los agobios, de esta rutina que tenemos en el día a día y a veces nos perdemos un poco en ella… El poder llegar a un sitio y parar por un momento, y estar solos con la naturaleza es realmente una sensación que me engancha en todo esto.
¿Y lo que menos?
El no dormir. (Carcajada)
No dormir, porque al final para hacer las fotos que hago utilizo dos ventanas de tiempo muy específicas, que son los amaneceres y los atardeceres. Entonces, hay muchos viajes en los que duermo 3 horas al día o menos, y es muy exigente, porque la mayor parte de los viajes implican no solo el hecho de llegar a un sitio con el coche, sino que a lo mejor también hay que hacer después 3 ó 4 horas de caminata hasta el lugar al que quieres ir. Son viajes muy exigentes a nivel físico y eso es quizá lo peor, como que no son vacaciones, sino muchos días de caminar mucho, de llevar mucho peso en la espalda, de dormir poco, de comer más o menos lo que vayas pudiendo y de muchas horas de coche.
¿Por qué se centró en los paisajes?
Es a lo que le he dedicado más tiempo y lo que ha ganado más popularidad en mis redes sociales, entonces he enfocado la mayor parte de las redes sociales a retratar los paisajes y los lugares a los que viajo. Pero también hago otro tipo de fotografía, más de producto comercial, que no la enseño tanto en redes. Aunque mayormente lo que más me gusta y lo que más me apasiona es viajar a un sitio, descubrirlo, intentar retratarlo de la mejor forma posible y tratar que la gente que vea esas fotos sienta que está allí.
¿Considera que la fotografía es un arte?
Es un arte, obviamente. Al final es una expresión de uno mismo, de cómo te sientes en ese momento y de cómo ves el mundo. Creo que cada persona ve el mundo de una manera y tiene una imagen del mundo o de una situación en concreto, y es un arte en el sentido de que cada uno lo expresa de una manera distinta. Por ejemplo, si pones a X fotógrafos en el mismo sitio y a la misma hora, seguramente todas las fotos sean distintas. Entonces, eso es una expresión de uno mismo y de cómo te sientes. Yo lo noto mucho, hay veces que estoy más triste, o más cansado, o más desanimado y es distinto el resultado que si tengo un día pletórico, súper contento o me siento súper motivado, el resultado que sale es completamente distinto. Y eso es parte del arte que tiene la fotografía.
¿Se valora más su trabajo fuera de España?
Yo creo que sí, sin duda. Tristemente, en España ya he escuchado muchas veces la frase de ‘este presupuesto me parece muy caro, me lo puede hacer otra persona por mucho menos’. Es triste y es una pena, porque al final este trabajo conlleva mucho tiempo, sobre todo para aprender, y mucha inversión de equipo. Y eso a la gente muchas veces se le olvida, que es mucha inversión tanto personal como económica, y en otros países se valora más.
Además, yo personalmente ahora en Estados Unidos estoy viendo que la gente valora muchísimo el arte en general. Esto es algo que ojalá cambie en España, porque venimos de mucho tiempo que el esto se tiene como un hobby y no se considera como un trabajo vital, aunque creo que ya está cambiando, porque vivimos en una sociedad donde la imagen y el contenido que necesitan las marcas es muy grande. El arte se ha visto durante muchos años como algo que es muy bonito, pero que no merece la pena pagar por ello, y siento que cada vez está cambiando más. Pero, comparado con el resto del mundo, en España aún le falta mejorar. Queda camino por recorrer.
¿Qué busca con sus fotografías?
En el caso de las fotografías de paisaje, intento transportar a la gente que las vea al sitio de la imagen, y dar mi punto de vista de cómo veo el mundo a través de mi cámara cuando llego a esos sitios. Es lo que siempre intento hacer, capturar los lugares a los que voy de la forma más bonita y más increíble posible para que la gente se intente transportar a ellos, y también que le entren ganas de viajar y de ver esos lugares como los he visto yo.
¿Qué debe tener un buen fotógrafo?
Buena pregunta. (Carcajada)
Pasión, ganas y mucha paciencia. Creo que es una profesión dura, porque es muy volátil, el mundo de freelance es muy fluctuante, hay veces que puedes llegar a tener mucho trabajo, luego pasar mucho tiempo sin trabajo y después volver… Entonces, es muy frustrante y hay que aprender a vivir con incertidumbre, pero si tienes pasión y ganas, y es lo que te hace feliz, vale muchísimo más que los momentos malos que pueda llegar a haber.
¿Cómo se consigue una buena foto?
Hay muchos factores que influyen para conseguir una buena foto. En el caso de la fotografía de paisaje, obviamente se necesita tener un poco de ojo y de técnica a la hora de componer un poco la fotografía, pero también mucha suerte, porque dependes de algo que está totalmente fuera de tu control, que es la climatología. Entonces, puedes tratar de adivinar cómo va a ser la climatología en ese momento, pero es totalmente aleatorio lo que pueda llegar a pasar. Pero eso también es bonito, porque cada foto de cada sitio en un momento distinto, va a ser diferente, porque puede o no haber nubes, a lo mejor empieza a llover un poco, a lo mejor está nevando… También la planificación ayuda a obtener mejores resultados, y sobre todo intentar saber cómo va a actuar la luz cuando salga el sol o cuando se ponga. Hay como una mezcla entre planificación y suerte.
Actualmente cualquiera tiene una ‘buena’ cámara en su móvil.
Eso es totalmente cierto, la verdad es que cada vez están evolucionando mucho más los móviles y ahora mismo con ciertos móviles sería muy difícil saber si una foto está hecha con un móvil o con una cámara. Y esto también es algo que está genial, porque da acceso a más gente a realizar este tipo de cosas y hay quienes están haciendo cosas increíbles solo con móviles, y la verdad es que yo estoy encantado. De hecho, yo muchas veces salgo solo con el móvil y hago solo fotos con el móvil.
¿Cuáles son sus rincones favoritos de Salamanca para fotografiar?
Sin duda, la típica vista desde el río de la Catedral. Sobre todo, a mí me gustan mucho los atardeceres, entonces, sentarte un rato a hacer fotos por la zona del río con el Puente Romano en primer plano, la Catedral detrás… Luego también toda la zona del Casco Antiguo cuando atardece y cómo hace el juego de luces y sombras en los edificios con esta luz que al reflejarse en la piedra se vuelve de un tono anaranjado… Es una zona que me perece muy bonita y muy inspiradora.
1 comentario en «Del barrio de San José a Los Angeles»
Guau cómo le entiendo, pueden ver que lo que hace es excepcional, pero como aquí no nos quitamos la boina…»es caro». Ánimo y a seguir.