[dropcap]H[/dropcap]ace ya por lo menos seis años, desde que comenzó la maldita crisis, que si uno quiere informarse acerca de la política tiene que leer las páginas de economía de los periódicos. En las rotuladas como “política” solamente se habla de chorizos, oportunistas, novatos que no saben de política más de lo que han aprendido en los locales de los partidos y viejas glorias que buscan un lugar al sol.
Esta semana hemos podido verlo, porque mientras los representantes populares seguían mirando al tendido el presidente del Banco Central Europeo se ha puesto a hacer política. Y los medios de comunicación han recogido cómo doblegaba a Alemania –lo que venía pareciendo imposible- y fabricaba sin ponerles nombre unos eurobonos que hace ya mucho tiempo que los economistas señalan como paso imprescindible para la mejora de la economía europea.
Mario Draghi se ha puesto a hacer política porque los presidentes de los gobiernos no tienen tiempo más que para leer encuestas, y el resultado es que por vez primera se aplican las medidas que ya han tenido éxito en Estados Unidos, en vez de las que ya han fracasado aquí.
[pull_quote_left]A pesar de que todo parezca haber quedado en manos de los dueños del dinero, el poder sigue estando en los representantes públicos[/pull_quote_left]Mario Draghi se ha puesto a hacer política, y al hacerlo ha vuelto a demostrar algo muy importante: que a pesar de que todo parezca haber quedado en manos de los dueños del dinero, el poder sigue estando en los representantes públicos. Es una pena que quien lo ejerce sea un alto funcionario y no un representante de los ciudadanos, pero es alentador comprobar, una vez más y para quien lo ha estado dudando, que al final es quien dicta las normas quien puede proponer las soluciones. Y sigue siendo el Estado. Por eso es tan importante ponerlo en manos de gente capaz de manejarlo. Si es que la hay.
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