El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, encargado de investigar el procés, ha enviado a los Juzgados de Barcelona una serie de informes sobre la fuga de Carles Puigdemont el pasado 8 de agosto. En ellos, concluye que no se puede descartar la participación de los Mossos d’Escuadra en la huida, y pide investigar lo ocurrido ante la posibilidad de que la policía catalana cometiese delitos como los de dejación de funciones y encubrimiento.
Pablo Llarena solicitó tras la fuga de Carles Puigdemont el pasado 8 de agosto informes tanto a los Mossos d’Escuadra como al Ministerio del Interior con el objetivo de conocer cómo se había podido producir la huida, incumpliendo la orden de detención contra el expresidente dictada por el propio magistrado. Si bien, dado que el Supremo carece de competencias para iniciar una investigación del caso, Llarena ha remitido esos informes a los Juzgados de Barcelona “a los efectos legales oportunos”.
Tal y como señala el instructor en una providencia dictada este jueves, los informes remitidos a los Juzgados de Barcelona “aportan una explicación detallada” de la fuga de Carles Puigdemont, el pasado 8 de agosto. En ellos se analizan “las circunstancias en las que se produjo la aparición pública del procesado rebelde”, así como “las razones por las que no fue detectada su entrada y salida de España y no pudo materializarse su detención”.
Teniendo en cuenta el contenido de los informes, Llarena considera que eso “impide excluir la participación de otros responsables no aparentes en los delitos previstos en los artículos 408 y 451.3ºb del Código Penal”. El primero de estos artículos se refiere al delito de dejación de funciones, mientras que el segundo hace lo propio con el de encubrimiento.
Pese a que Llarena reconoce “la dificultad de abordar la detención” de Puigdemont “en el seno de la aglomeración de personas a la que se incorporó”, no da por probado que no hubiera colaboración policial.
El pasado 8 de agosto Puigdemont apareció en Barcelona y ofreció un discurso ante numerosos independentistas congregados en el paseo de Lluís Companys. Al concluir, desapareció detrás del escenario, entró en una carpa y accedió a un vehículo. Fue en ese momento cuando se inició una persecución del coche, hasta que la policía autonómica lo acabó perdiendo.
Tras ello, se activó el ‘protocolo Jaula’, primero en Barcelona y después en toda Cataluña, pero Puigdemont se escondió en tres pisos de particulares, saliendo de la ciudad condal pasadas las ocho de la tarde, cuando ya se había desactivado la operación para detenerle.
