La secular historia de la Universidad de Salamanca ha tenido momentos de esplendor cultural, aunque no faltan otros donde la ejecutoria de ciertos rectores y docentes desmerece la institución.
Hablando de los primeros, es proverbial la fama de la Escuela de Salamanca, origen del Derecho Internacional y de la legislación protectora de los indios americanos (cuya virtualidad no fue mucho más allá del papel, contra lo que dicen los actuales ‘imperiófilos’). Más adelante la Usal jugó un papel clave en la difusión de la ciencia moderna, la economía de Adam Smith y el liberalismo. Baste recordar que Muñoz Torrero, uno de sus rectores, redactó el proyecto de Constitución de 1812, si bien estas ideas hallaron feroz resistencia entre los ultramontanos y la Inquisición, servida por dominicos, llegó a procesar al ilustrado rector Ramón de Salas.
Entre los momentos de oprobio mencionaremos la Guerra civil y el primer Franquismo, cuando la Usal, junto con la iglesia, fue servil al Nuevo Estado. Si el Cabildo, por boca del canónigo Castro Albarrán bendijo el Alzamiento como “cruzada”, la Universidad generó el discurso justificador del golpe fascista y de la represión posterior, que infligió un ‘atroz desmoche’ a sus elementos republicanos (Jaume Claret). Luego el rector Tovar, un filonazi muy erudito, nombró Doctor Honoris Causa al mismísimo Caudillo. (De Unamuno no decimos nada, pues ya se ha dicho ultra quam satis est).
Pero, para el caso que queremos comentar, recordemos a Alonso Fernández de Madrigal, “el Tostado”, maestrescuela (rector) de la Universidad en el s. XV y en algún aspecto comparable a quien hoy ocupa el cargo. La oceánica fertilidad literaria de ambos va a la par con una no menor diversidad de conocimientos. Si el primero escribe sobre Teología, Astrología, Política, Historia y Geografía, el segundo es versado en AI, computerización, Blockchain y Fintech, Ciberseguridad, Internet de las cosas (IoT) y Bioinformática. Si del primero se dice que “no hay obra salida de su pluma que no recoja un largo cúmulo de citas y opiniones de otros autores” (diccionario biográfico de la R. A. de la historia), lo mismo y con más razón se puede decir del segundo, aunque el hecho de que la mayoría de las citas sean de su propia obra no es más que un detalle sin importancia, teniendo en cuenta que, según Google, otros académicos le mencionan en más de 17.000 ocasiones (45.000, según otras versiones).
De ahí que, preguntado al respecto un chat de AI, responde que “desafortunadamente no es posible” dar una bibliografía del actual rector, dada su inmanejable amplitud y variedad. Preguntado también acerca de “Modelos inteligentes para predicciones de epidemias”, nos da un informe llamativamente semejante en contenido al publicado por el rector. Pero solo la ignorancia y la malevolencia podrían inducir a alguien a sospechar un plagio. Es al revés: la AI se alimenta de la sabiduría de los grandes repositorios de saber, que los acopian, seleccionan, procesan y difunden all over the world, donde los frutos del conocimiento del actual rector de Salamanca proliferan y se mueven como los peces en el agua.
Así pues, modificando el viejo proverbio, en lo sucesivo se dirá “escribes más que El Corchado”, pues nuestro rector ha ganado con ventaja al maestrescuela medieval. Podría ocurrir sin embargo que, siendo más que tostado, acabara socarrado y aún quemado si no toma alguna decisión. Según las malas lenguas, la silente institución que representa ya empieza a oler a chamusquina.
9 comentarios en «El nuevo ‘Tostado’ de la Usal»
? Si la intención es la de criticar al actual rector, hágalo si considera oportuno y tiene razones para hacerlo, pero dejé de lado todo el mal rollo con olor a politiqueo que ha dejado usted, hablando de la historia y los actores de la misma, porque lo suyo no huele a chamusquina, huele a rabieta de quien quiere y no puede.
Una alumna de la USAL.
Otra vez los socialistas intelectualoides de la USAL llenos de rabia porque les hayan quitado su último bastión en la vieja Castilla. Claro, si el rector no es de los suyos, entonces es que es un malvado y hay que quitarle el cargo.
Sí, pero, y los argumentos?
Porque usar la palabra intelectualoide(tan usada por los nazis y sus afines de camisa azul y pistola) no es un argumento.
Me ha llegado su enlace al correo electrónico de la Usal, y bueno entiendo que quiere darse publicidad y ha decidido coger un tema que aparentemente tiene mucho «vuelo», pero siento decirle que llega muy tarde, y que el asunto está ya cerrado.
Personalmente no me entusiasma el Sr. Corchado, pero tampoco estoy dispuesta a aceptar la persecución mediática de un empleado público. Si el Secretario de Estado de Universidades considera que hay caso para abrir un expediente disciplinario, que lo haga, pero no se puede estar dando bulas al pregonero de continuo a través de ese supuesto Comité de Ética, que primero pide a la Usal que haga el informe, y cuando este informe no le gusta sacar a la luz la existencia de otro previo, ¿pero que tomadura de pelo es ésta?.
Así que lo dicho, este tema está finalizado.
Parece que el Sr. Corchado ha mandado a los acólitos a que le defiendan
Salamanca huele a chamusquina, dentro y fuera de la Universidad.
Pero bueno, ¿El Rector plagia o no plagia? Porque eso es lo que deberían argumentar los defensores de oficio.
Un historiador
TOMÁS. Excelente artículo. Algunos de los comentarios delatan a la militancia cerril del PP.
Es verdad que Salamanca huele a chamusquina, está en el meollo de la Centroespaña francofascista. Recuerden, en la guerra de España, el eje Salamanca-Valladolid-Burgos.
La Ptgas de antes, yo digo que a santo de qué sale a relucir la política aquí, esto no es cuestión de que los míos son guays y los tuyos se dedican a autocitarse, a ver si crecemos un poco y desarrollamos el intelecto.
Repito lo dicho hasta la extenuación: si el Secretario de Estado de Universidades, que parece ser la autoridad que ha solicitado el informe al Comité de «supuesta» Ética, cree que el Sr. Corchado ha cometido una infracción en su condición de funcionario lo que tiene que hacer es abrirle un expediente. Y el primer paso es elaborar un pliego de cargos donde debe relatar las supuestas infracciones, así como indicar la norma que recoge que tales hechos son constitutivos de infracción y la posible sanción si tras el expediente disciplinario se demuestra la existencia de tales faltas. Por supuesto, el instruido tiene todo los derechos de defensa que hasta la fecha no ha tenido el Sr. Corchado, y la confidencialidad de un proceso que excluye a la presa. Sr. Corchado creo que visto lo visto, lo mejor para usted es que le abran el expediente disciplinario.