“Hay una incomprensión generacional sobre el potencial de los jóvenes”

Conecta Iberoamérica trabaja para promover el talento en América Latina, España y Portugal
Yohania de Armas, directora de Conecta Iberoamérica

Con apenas un año de vida, Conecta Iberoamérica surgió como una iniciativa concebida para promover la participación efectiva de los jóvenes de alta cualificación en proyectos relevantes de España, Portugal y América Latina. De esta manera, buscan conectar a esos jóvenes con los proyectos con el objetivo de impulsar el talento y el desarrollo de los países iberoamericanos.

Esta empresa, con su directora Yohania de Armas a la cabeza, estará presente en la feria de emprendimiento Startup Olé, que se celebra en Salamanca entre los días 8 y 10 de octubre. Con motivo de esta participación, De Armas ha mantenido una conversación con La Crónica de Salamanca en la que ha repasado desde la trayectoria de la startup, hasta el papel de los jóvenes en el mundo actual.

¿Cuál es la historia de la empresa?
Conecta Iberoamérica nace como una spin-off de una asociación, la fundamos exbecarios del Programa de Jóvenes Líderes Iberoamericanos, que identificaba a los jóvenes que no tenían más de dos años de egresados, con una proyección de liderazgo y una trayectoria destacada, y los traía a un programa de inmersión en la vida cultural, política y económica de España, de Portugal, etc.
Derivado de ese programa se creó una red de alumni muy interesante y con muchísimo talento, a veces sin aprovechar. Con ellos, en el año 2021 decidimos crear Conecta Iberoamérica como plataforma, centrados sobre todo en el desarrollo de talento como un activo fundamental para crear puentes, conexiones… Ya después de un tiempo, nos dimos cuenta de que ahí había un potencial ‘incapitalizable’ y, el año pasado, decidimos constituir legalmente Conecta Iberoamérica como empresa.
Un rasgo distintivo es nuestra comunidad, que tenemos una red de profesionales de alta cualificación en 22 países. Además, aunque la sede fiscal está en Madrid, también tenemos representación en 16 países, incluyendo EEUU.

¿Cuál es el objetivo de Conecta Iberoamérica?
Queremos convertir el talento en el próximo commodity de América Latina, y que sea un activo que permita que las cosas pasen. Es decir, estamos muy centrados en que el conocimiento es un activo que tendría que ser más visible, y que tendría que tener más impacto en el PIB.
Cuando hablamos de las cosas buenas de América Latina, destacan algunas cuestiones como el turismo, la gastronomía, la historia o la cultura, pero no se habla de talento, aunque hay mucho. Y de lo que no se habla, no se visibiliza. Por tanto, nuestro objetivo es desarrollar líneas de trabajo que nos permitan posicionar el talento como un activo que permita resolver los pingües desafíos que tenemos en la región. Tenemos una inmigración cualificada bastante importante porque no existen oportunidades en nuestros países para gente con cierta preparación, y muchos se van. ¿Qué pasaría si nosotros identificamos esas oportunidades y conectamos a esa gente -muchos de los cuales no quieren irse- con proyectos? Y así hemos ido trabajando.
Nuestra misión es también crear una hoja de ruta donde España sea este país conector entre ambas regiones, y que se entienda que va más allá del intercambio comercial y económico, que a veces es donde más se ubica a las relaciones birregionales. Nosotros queremos hacer un énfasis en temas de conocimiento, de trasferencia, de investigación, de cultura, de educación, de movilidad…

¿Qué supone para usted y su empresa asistir a Startup Olé?
Startup Olé lo teníamos en el radar desde hacía un tiempo y para nosotros supone una oportunidad de visibilidad muy importante por todo lo que va a nuclear en Salamanca de los actores claves, del ecosistema de emprendimiento de varios países… Nos va a permitir también posicionar lo que se está haciendo en América Latina, que es muy bueno, hay ecosistemas muy robustos, creatividad, etc.

¿Considera que los jóvenes están demasiado infravalorados?
Yo diría que hay un desajuste o una incomprensión generacional sobre el potencial que los jóvenes representan para un mercado laboral que hoy está cambiando y tiene una forma diferente de acceder al empleo. Hay un problema de comunicación bastante importante entre generaciones, y de ahí viene que no se valore dónde insertar mejor a un joven que ha aprendido de forma autodidacta, que tiene intereses diferentes, que a lo mejor no entiende el empleo para toda la vida, o que quizá el salario o la estabilidad no son sus principales objetivos, sino que trabaja por proyectos, le gusta ser nómada, los empleos que tengan detrás un propósito o empresas con una cultura empresarial robusta. Frente a ello, los empleadores están en otra dirección. En ocasiones hay una desmotivación y un mal aprovechamiento de ese talento joven, y creo que falta muchísimo camino por recorrer.

¿Es necesario darles más importancia?
Obviamente. Yo creo que debería haber canales donde se pueda comunicar entendimiento, darse cuenta de que los jóvenes comprenden el mercado laboral y el trabajo de una forma distinta; donde se pueda ajustar la propuesta de valor para que ese joven se sienta atraído. Entonces, hay muchas áreas de mejora que parten desde el conocimiento, los intereses, los valores; y por parte de los jóvenes, de qué manera poder poner todo el potencial que tienen a disposición del empleo donde se van a insertar.
Hay muchas cosas que deberían mejorarse, como una precariedad laboral evidente, tasas de desempleo, jóvenes muy formados que se insertan a trabajos donde no se requieren determinadas competencias. Hay transformaciones que deberían suceder para que los jóvenes puedan acceder al mercado laboral, sobre todo a ese primer empleo que se resiste, que es complejo y que influye tanto.

También trabajan en pro del mundo iberoamericano…
Sí. Conecta es una plataforma transversal, no solamente en el tema de jóvenes, y todo lo que tenga que ver con el desarrollo del espacio iberoamericano es algo que para nosotros es realmente importante. Entonces, toda la agenda que tiene que ver con educación, transición ecológica, medioambiente, políticas públicas, etc., para tener una comunidad iberoamericana mucho más cohesionada e integrada a nivel social, es algo que intentamos hacer desde todos nuestros proyectos.
De hecho, el año pasado lanzamos ‘Repensar Iberoamérica’, que es una plataforma que lo que hace es generar espacios de incidencia con actores clave del espacio iberoamericano.

¿Cree que es insuficiente la cooperación de los países iberoamericanos?
No quisiera tildarlo de insuficiente, pero a grandes rasgos se requiere una cooperación renovada. Hay que hacer una revisión de la cooperación entre ambas regiones, y eso es algo que ha salido en casi todos los espacios de discusión. Pero no puede ser una cooperación paternalista, desde la desigualdad, donde uno da y el otro recibe; sino una cooperación donde dos actores se sienten en igualdad de condiciones a la mesa a identificar líneas comunes de trabajo. Y eso no ha pasado en muchas ocasiones.

¿Qué beneficios aportaría una mayor unión?
Principalmente, tener un espacio más cohesionado. La cooperación es un mecanismo que ayuda al desarrollo, donde los más desarrollados ayudan y colaboran con los menos, porque todos vivimos en el mismo planeta, hay desafíos comunes y la pandemia nos ha demostrado que lo que pasa en un lugar del mundo influye en el resto. Entonces, tener una cooperación más renovada y eficiente es un indicador que puede ayudar al desarrollo, no solo económico, social, medioambiental…, sino también a la transferencia de conocimientos, a la investigación, la tecnología, etc. Entonces, la cooperación tiene un radio de acción bastante amplio, ayuda a tener un espacio más cohesionado, con una mejor movilidad del conocimiento, del talento, y eso, en definitiva, es desarrollo económico y social, y ayuda a tener un espacio más robusto y más desarrollado.

¿Se ha encontrado con alguna barrera a lo largo de su carrera por el hecho de ser mujer?
Vengo de una familia y de un contexto súper matriarcal, desde la Cuba que nos enseñó que si te caes no puedes llorar, que da igual qué desafíos tengas, hay que hacerles frente. Sí que podría decir de micromachismos, aunque muchas cuestiones no hayan sido con intención. Pero yo, sinceramente, no me he sentido en desventaja, aunque también puede ser por mi carácter. Yo soy muy feminista, obviamente hay muchas cosas por mejoras, pero no he sentido que haya tenido algún impedimento a nivel personal por el hecho de ser mujer, aunque barreras hay muchas.

¿Qué mensaje le mandaría a las niñas que quieren dedicarse a su sector?
Lo primero, que tengan mucha curiosidad y que traten de encontrar un camino, que no se sientan menos, que se acerquen a quienes consideren que pueden ser sus referentes, que estén en los espacios donde pasan las cosas, que se sigan formando, que sepan que si tienen la semilla de cambiar el mundo puede ser perfectamente materializable. En definitiva, que esa inquietud puedan intentar canalizarla a través de algo que pueda ir cobrando vida, y que sean extremadamente pacientes, porque las cosas se van logrando a poquito y con muchísimo esfuerzo.

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