Nunca es tarde para conseguir un sueño

A los 81 años decidió que era el momento de ponerse delante del micrófono y grabar ocho canciones. El motivo: Carlos Montero, natural de Garcibuey, ha decidido dejar un legado. “Hasta ahora no tenía tiempo, ahora sí he podido”, explica el artista.

Su música estaría englobada dentro de la denominación canción español, pero Carlos Montero se define como un “todoterreno. Lo mismo te canto una mexicana, que un bolero, un pasodoble, unas colombianas, unas alegrías… Todo esto. Además, del folclore de Salamanca y Castilla y León”.

Ha cantado toda la vida, para amenizar encuentros con amigos, familiares… pero de manera profesional es la primera vez que graba un disco. “Algunas veces hice de telonero, porque tenía amistad con él para Raúl de Dios, El fuelle del charro. También me he subido a las tablas con varias obras de teatro”, comenta.

En Garcibuey conocen muy bien su afición y su pasión. Por eso, le encantaría presentar en su pueblo el disco. “Hemos grabado las ocho canciones y las hemos subido a Facebook, a Youtube… Me he liado la manta a la cabeza y voy adelante”, cuenta Carlos Montero.

Carlos Montero escribió la letra y la música de su repertorio. Una de las canciones es Mi pueblo bonito dedicada a su Garcibuey del alma.

Otra es Nemesio, Carlos Montero asegura que si la escuchas, “te ríes algo con ella”. También le dedica una canción a la peña de Linares de Riofrío con los que se lleva muy bien. “Viva la peña, se titula”, apunta.

No se olvida de la zona donde está asentado su pueblo, en plena sierra. Por ello, le dedica una melodía y letra en la pieza La sierra se muere. “Nos quedamos sin gente. Los viejos se quedan y los jóvenes se van, digo en alguna de las estrofas”, cuenta.

El dinero es otra de sus creaciones y un fandango que es La rosa más preferida.

Garcibuey se encuentra en un falso valle, Carlos Montero hace un recorrido por la geografía de su pueblo en sus poesías, donde menciona los tres ríos que lo delimitan: el San Benito, el Alagón y el de la Palla, “con sus aguas cristalinas que brillan como una espada”, recita.

Las canciones las ha ido escribiendo a lo largo de la vida, de las vivencias que ha tenido, las tierras que ha pisado y el amor que siente por su pueblo. “Me siento serrano de pura cepa, soy Carlos Montero Pereira, el último apellido es portugués, porque los Pereira vinieron hace muchas generaciones a Garcibuey”, se define.

Ha vivido siempre en su pueblo, “salvo seis meses que fui a Francia a cortar pinos”, explica y cuando se le pregunta por la mili, comenta que fue exento, porque su padre estaba herido en un brazo. En su vida laboral ha hecho un poco de todo, agricultor, fruticultor, ganadero, apicultor, cortador de pinos… “He trabajado donde me salía”, matiza.

Le encantaría que sus canciones sonaran en Spotify, en Youtube, las redes sociales, la televisión y las emisoras… “Me gustaría llegar hasta donde se pueda. Seguir adelante, hasta dónde el camino me lleve”, concluye Carlos Montero.

En el repertorio, Carlos Montero ha incluido una poesía que dice:

Entre pinos y olivares
Se encuentra la tierra mía.
Tierra donde yo nací
Entre penas y alegrías.
Famosa por sus viñedos
Y, también por sus frutales,
De cerezos y ciruelos
Y, también melocotoneros, naranjos y limoneros.
¡Qué el serrano sufrido!
Riega con su sudor la tierra donde ha nacido.
Gente noble, acogedora, que recibe al forastero
Entre fiestas y festejos. (…)