Han tardado en darse cuenta de lo obsoleta y poco eficaz que esta resultando la llamada Ley del Menor. Me resulta curioso ver lo dicho anteriormente en la Memoria de una Fiscalía que pide una reforma de la Ley. Lo digo porque lo llevo diciendo años y sin embargo ustedes que también lo ven, no lo han querido pronunciar hasta ahora.
Qué decir del aumento de delitos cometidos por menores y qué decir ante la manera de cometer esos delitos. Verdaderas salvajadas, que ponen en entredicho a quienes aún defienden la eficacia de un sistema que no corresponde a los tiempos que corren y que cada vez da más miedo por la magnitud de esos actos.
No se entiende que menores maltraten a otros iguales, ni a sus propios padres y madres o el maltrato a animales por divertirse o por subir a redes sociales. Los likes salen caros en cualquier país, pero en el que vivimos esto ya se ‘sale de madre’.
La falta de educación que muchos demuestran, entre valores ausentes promueven actos reflejados en Memorias de Fiscalias que hace que haya que pensar en que estamos fallando.
Me consta que alguien pensará en la sobreprotección que muchos padres y madres dan a su hijos e hijas y aquí nacerá otra polémica, pero también una excusa que ya he oído en casos de acoso escolar.
Estamos asistiendo a brutalidad extrema en muchos casos y seguimos restando importancia a los actos que cometen muchos de ellos.
Siempre alerté que la Ley del Menor desprotegía a las víctimas que en muchos casos también son menores, mientras protegía a sus victimarios y me mantuve firme en esa idea, aunque ello supuso que más de una persona me llegara a insultar en algún comentario cobarde de algún red o diario.
El tiempo da la razón a quién la tiene y pone las cosas en su sitio para bien o para mal. Lamentablemente, el reguero de víctimas que ha dejado en el camino el que, a alguien por ser menor de catorce años, no se le pueda decir, el alcance de su maldad y las consecuencias de sus actos ha hecho que muchos de ellos vuelvan a delinquir porque la jugada les salió bien. No solo eso, seguirán haciéndolo en su vida adulta lamentablemente.
Tan fácil como decirles la gravedad de sus actos y sin embargo ahora se dieron cuenta que no les hicieron ningún favor. Tarde para muchos que pagan las consecuencias de una Ley que ha demostrado que no todo debe valer con el beneplácito de un sistema que hace aguas por muchos sitios y que pone tiritas en lugar de soluciones.