Todos los tiempos son de cambio. Cambiamos nosotros, cambian las cosas y quien no se adapta perece. Para mejorar hay que cambiar. Esa es la cuestión y el desafío, acertar con la buena solución. Dada la complejidad de algunos cambios, sucede que mientras se cambia surgen inconvenientes y contrariedades. Superarlos es causa que se les dé más valor y nos crezca la autoestima. Cierto es que permanecer estancados en el presente dificulta acceder ganadores en el porvenir.
Asumir que los deseos cumplidos y las satisfacciones de que disfrutamos sean temporales, que nada permanece y todo cambia, cuesta. Resistirse al cambio, suele causarlo la sensación de que promoverlo es dejar de ser fieles a nuestra historia, manera de vivir y de ver el mundo. Sin embargo, oponerse radicalmente a los cambios gasta energía en vano y frustra. Nos toca, sin titubear, afrontar la necesidad de los cambios.
Estando en tiempos que los cambios son acelerados y sabiendo que para franquear obstáculos hay que sobrepasarlos y aligerar para evitar retrasos, no queda más opción que perder el temor a modificar lo necesario para adaptarnos a la nueva realidad. Capacidad para cambiar en lo personal tenemos todos y apoyarlos, en general, los facilita. Por lo demás, tener presente lo que dejó dicho un sabio: “el cambio por sí solo no cambia nada”.
Licenciado en Geografía e Historia, exfuncionario de Correos y escritor
Aliseda, una puta coja (2018)
Lluvia de cenizas (2021)
Puesto a recobrar el aliento(2023)
2 comentarios en «Tiempo de cambios»
Regular la inmigración en lugar de perseguirla, inteligencia artificial, políticos que no den la impresión de ser borderline o que solo espabilen para saquear lo público, rectores más rectos, vivienda protegida,… solo por dar algunas ideas
Generalizando, para asumir cambios debes mirar hacia adelante y asumir que las sociedades evolucionan y por tanto las nuevas generaciones lo hacen al ritmo que estas marcan.
Mirar hacia atrás, si no es para corregir los errores cometidos, no tiene sentido