A la hora de perder peso, existen algunos alimentos que pueden ser un impedimento para el proceso de adelgazar. Unos de ellos son determinados carbohidratos, muy presentes en la dieta, pero perjudiciales para quienes quieren reducir su peso.
Unos de ellos son los carbohidratos refinados, que son los que están procesados, habiéndoles quitado sus nutrientes esenciales. Algunos ejemplos de este tipo de carbohidratos son el pan blanco, el arroz blanco o la pasta elaborada con harina refinada. Estos alimentos cuentan con un elevado índice glucémico, esto es, se digieren rápidamente y causan picos de azúcar en sangre, que llevan a un aumento de peso puesto que el cuerpo almacena el exceso de azúcar en forma de grasa.
Junto a ello, los carbohidratos refinados no aportan fibra, lo que hace que mantengan saciado durante menos tiempo. Frente a ellos, lo más recomendable es optar por las versiones integrales, como el pan integral, el arroz integral o la pasta elaborada con harina integral. Además de contar con un índice glucémico menor, son más ricos en fibra, por lo que sacian más.
Otro grupo de carbohidratos que deben evitarse para no poner en riesgo la pérdida de peso son los carbohidratos simples. Estos son los azúcares presentes en dulces, galletas, pasteles o bebidas azucaradas, entre otros. Al igual que en el caso anterior, dado que se absorben rápidamente por el organismo, pueden dar lugar a un aumento de peso. Asimismo, pueden causar la liberación de insulina, una hormona que ayuda a almacenar grasa.
Los carbohidratos simples también suelen estar presentes en alimentos altos en calorías, por lo que esto también es otro motivo para evitarlos si lo que se busca es una pérdida de peso. Como alternativas, se puede optar por frutas en lugar de galletas o pasteles, y por agua con limón o infusiones en vez de refrescos.