Desmontando los mitos del suicidio

Eduardo Bensabat, psicólogo del chat del Teléfono de la Esperanza, estará este viernes 18 a las 19.30 horas en el Aula 1 de la Universidad Pontificia
Eduardo Bensabat, psicólogo del chat del Teléfono de la Esperanza, estará este viernes 18 a las 19.30 horas en el Aula 1 de la Universidad Pontificia.

Hablemos de suicidio, porque como asegura Eduardo Bensabat de lo que no se habla no existe. Durante esta larga conversación con el psicólogo del chat del Teléfono de la Esperanza se hablará de suicidio, de autolesiones, de conductas… pero también de ayuda a estar personas. El profesional estará este viernes a partir de las 19.30 horas en el Aula 1 de la Universidad Pontificia.

Hablemos de ello.
Es cierto que el efecto contagio, el Werther, que está documentado en la investigación científica con hechos como el suicidio de Kurt Cobain o Marilyn Monroy o en Japón, cuando una figura pública se suicida, está el famoso bosque de los suicidios. Pero, lo mismo que está el efecto Better, también se encuentra el efecto contrario, hablar del suicidio previene la conducta suicida.

¿De qué manera?
Hablando desde la sensibilidad, desde el respeto… hablando desde un hecho, no desde un logro, ni romantizando esta conducta. Huir del sensacionalismo, que busca la tirada o el clic… Sin entrar en el morbo, ni hablemos de los métodos del suicidio… Es necesario hablar de ello, pero con sensibilidad y aportando el recurso, porque así las personas, que puedan leer esa noticia y puedan estar pasando por esa situación, sepan dónde tienen que acudir y pedir ayuda. Por ejemplo el Teléfono de la Esperanza, el 024, asociaciones de Salud Mental…

Eduardo, ¿beneficia o perjudica a las familias que los medios de comunicación publiquen el suicidio de ese familiar?
(Silencio) Dependerá de la manera de cómo se ha trabajado ese reportaje. Si se habla desde el morbo eso no beneficia a nadie, les va a traer más prejuicio, pero a las otras personas que puedan estar atravesando una situación similar, al leer la noticia, si se hace correctamente, les va a beneficiar y dar un aliento. En el Teléfono de la Esperanza hay muchos voluntarios que han perdido a un familiar con esta problemática, contribuyendo a este tipo de asunto.

Por ejemplo.
Hablar bien de ello, ofreciendo ayuda a las personas que nos contactan.

Usted es el psicólogo del Chat de la Esperanza. ¿Quién acude?
Este proyecto nació porque al segregar por edad a los usuarios del Teléfono de la Esperanza, las llamadas de los jóvenes eran muchas menos que de los mayores. Pensamos de qué manera podríamos llegar a los jóvenes y buscamos algo novedoso, atractivo y que pudiera servir para los jóvenes -entre 15 y 35 años- y pensamos en una red social, en una app, un chat… porque utilizan más los móviles y se comunican mejor a través de estos canales.

¿Desde cuándo estáis?
Desde marzo de 2022 en Málaga y se ha extendido a otras sedes. Actualmente, somos cerca de 70 voluntarios con perspectivas de seguir ampliando el servicio.

¿Cuál es el perfil de las personas que atienden?
Un 75% de las personas que atendemos en el chat son menores de 35 años. Un 20 o 22% son menores de edad y otro veintitantos entre 18 y 25 años.

Las conversaciones que mantienen en el chat son similares a las del Teléfono de la Esperanza, que un alto porcentaje son de personas que están solas.
No en la misma proporción, pero sí. De hecho, estamos poniendo el acento en esta cuestión. Nos está sorprendiendo mucho. Muchos de los contactos están relacionados con la problemática de la soledad no deseada. No es una soledad generada, que es la que experimentan las personas mayores, pero sí que denuncian o perciben como una ausencia de apoyo o de recurso por parte de sus familiares o entornos más cercanos, amigos o profesorado, que no atiende a las necesidades que tienen en ese momento.

¿Sería lo habitual?
No. Estamos hablando entre un 8 o un 10% de los casos, pero están ahí.

¿Qué lugar ocupa el acoso escolar, en la red…?
Sorprendentemente, para lo que nos habríamos esperado, no nos estamos encontrando muchos casos.

¿Qué asuntos son los frecuentes?
Como es un proyecto del Teléfono de la Esperanza y está asociado a la conducta suicida y es la publicidad que hemos hecho del chat entre la población más joven, entre el 20 y el 25%, una de cada cuatro personas tienen que ver con problemáticas suicidad, bien sea por ideación, crisis o suicidios en curso, que también los hemos tenido. También tenemos autolesiones y nos estamos encontrando con esta problemática en la población joven.

¿Qué tipo de autolesiones tienen?
Cortes, quemaduras, golpes… Procuramos realizar acompañamiento, como hacemos en el Teléfono de la Esperanza, y exploramos con la persona conductas alternativas o sustitutivas a esa autolesión.

Por ejemplo.
Tienen que canalizar esas emociones dolorosas que la persona no es capad de expresar de una manera no dañina, intentamos reconducirla a otras actitudes que no resulten perjudiciales. Si siente ira o rabia y necesita descargar esa emoción, en lugar de hacerse cortes o pegarse golpes, intentamos que los golpes los practique en un entorno controlado, por ejemplo golpeando a la almohada, saliendo a correr, el ejercicio aeróbico es muy beneficioso para liberar este tipo de tensión acumulada. Así con las demás emociones que están en la autolesión y las reconducimos hacía otras estrategias que sean menos dañinas.

¿Por qué cree que ocurre?
Suelen tener un estado de ánimo ansioso depresivo, resultado de esa soledad que comentábamos antes, bien de problemas relacionados con familiares o entorno educativo, problemas de trabajo, empleo… Es de lo que más nos encontramos en el chat.

¿Autolesionarse llega a ser adictivo?
Sí. Hay un ciclo detrás al que llamamos perpetuando, porque esa conducta funciona casi como una adicción sin sustancia. Hay factores de riesgo, de protección y señales de alarma.

El suicidio sigue siendo una de las causas más frecuentes de muerte no naturales entre la población joven…
Sí. Los datos más recientes que tenemos son los de 2022, porque en el 2023 existen los datos globales y he de decir que ha descendido un 6%, que son buenas noticias, pero no lo tenemos dividido por sectores, edades y géneros, estamos esperando. Por lo que seguimos trabajando con los datos del 2022, encontramos que el suicidio es la segunda causa de mortalidad menores de 25 años y lo tendríamos que poner entre comillas, porque la primera son ahogamientos, atragantamiento, envenenamiento… que puede haber suicidios camuflados que es lo que se pone como primera causa.

¿Qué nos va a contar este viernes en Salamanca?
Muchas veces se piensa que el trabajo respecto de la conducta suicida va de la mano de profesionales y vengo a decir que todos y todas jugamos un papel en esto. Podemos contribuir a la prevención en mayor o menor medida. No es solo cometido de profesionales de la salud mental. Vamos a hablar de esta responsabilidad a nivel individual desde tres ejes.

Vamos al primero.
Es el eje psico educación. El tema del suicidio es tabú, como decía al principio, de lo que no se habla no existe, por lo tanto hablemos de suicido. Vamos a ver las cifras, en este caso las de 2022, que están divididas por sectores y criterios.

¿Hay mucho mito en el suicidio?
Sí. Voy a exponer cinco y comentarlos con el público asistente. Uno, el que se suicida, quiere morir; la mayoría de personas que se suicidan no lo dicen; el que se suicida es un valiente o un cobarde; las personas que se autolesionan buscan llamar la atención y el quinto que los medios de comunicación no influyen en la conducta suicida.

Vayamos al segundo eje de su intervención en el Aula 1 de la Universidad Pontificia.
Haré alusión a la autoconciencia y autocuidado, que son muy importantes. Exploración y pensamientos sobre uno mismo o una misma y la importancia del autocuidado y el bienestar mental para intentar prevenir esa problemática.

Y con qué terminará.
Con un apartado de solidaridad. Me tomaré la licencia de hablar de la juventud, intentando encontrar un poco de comprensión entre los asistentes a las problemáticas que presenta esta población.

¿A qué se refiere?
Muchas veces se piensa que no tienen preocupaciones, que sus únicas inquietudes son estudiar y poco más. Explicaré que los jóvenes pueden sufrir de aislamiento, de estrés académico y de las presiones sociales. La juventud es más vulnerable a estas presiones de lo que podemos ser los mayores, que también lo somos. Además, indicaré cómo se puede abordar a personas que se encuentren en esta situación de riesgo.

1 comentario en «Desmontando los mitos del suicidio»

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