Las noticias traen estos días que un contingente militar español se halla en Eslovaquia, no lejos de la frontera con Rusia. Sigue los planes de la OTAN, que en la cumbre de marzo de 2022 decidió desplegar cuatro nuevos grupos de combate en Hungría, Rumania, Bulgaria y Eslovaquia. El plan otorga por primera vez a España la dirección de un ejército que encuadra tropas de la República Checa, Eslovenia, Eslovaquia y Portugal, a los que pronto se sumará Rumania. Con 800 militares y más de 200 vehículos, el destacamento español es el más numeroso de los desplegados en el extranjero, lo que supone para el coronel Francisco Calvo, jefe de la fuerza, “un reto y una oportunidad”.
Un reto y oportunidad ¿para qué? Se dice que la presencia de estas tropas es «disuasoria» de un posible ataque ruso. ¿A qué país o países?, ¿a Eslovaquia?, ¿a Hungría? Estos países tienen regímenes más bien prorusos y no se ve qué podría ganar Rusia atacándolos. De hecho, el primer ministro eslovaco, Rober Fico, no apoya la política mayoritaria de la Unión Europa sobre la invasión rusa de Ucrania y ha culpado a Occidente de alimentar una guerra en la que “los eslavos se están matando entre sí”. Viktor Orban, primer ministro húngaro, no anda lejos de esa postura y Polonia, que no es tan pro rusa, tampoco gana mucho con la guerra en curso. Y ya sería delirante pensar en un ataque ruso a Europa occidental, como algunos han insinuado.
Esta absurda situación ilustra lo que ha sido la política de la OTAN -que es tanto como decir EE.UU.- hacia Rusia desde el final de la Guerra fría. Entonces sí que había un reto y una oportunidad para que, una vez disuelta la URSS, se hubiera diseñado una Europa como “casa común”, al decir de Gorbachov, desde el Atlántico a los Urales, basada en el concepto de seguridad compartida y en los principios de la Conferencia de Helsinki. Fue entonces cuando los principales líderes europeos (Kohl, Mitterrand, Thatcher) y el presidente G. H. Bush garantizaron a Gorbachov que la OTAN no se movería “ni una pulgada” hacia el Este, una vez que la URSS aceptó la reunificación de Alemania y su integración en la OTAN y desapareció el Pacto de Varsovia.
Pero la OTAN y sus aliados no cumplieron su palabra. Si en la cumbre de Madrid de 1997 la organización integraba 16 países -el último en entrar había sido España- hoy duplica ese número y la frontera entre la OTAN y Rusia se ha desplazado no una pulgada, sino unos 1.000 kilómetros al Este, hasta unos 580 kms. de Moscú. Y en los países intermedios, antes zona de seguridad de la URSS, se han ido acumulando todo tipo de armas y unidades militares, que realizan maniobras conjuntas, incluso con misiles y antimisiles ABM (una de cuyas bases está en Rota).
Las autoridades rusas, mucho antes de que Putin llegara al poder, señalaron que este acoso militar era inaceptable para su seguridad y podría ser casus belli en el futuro. Quiere decirse que si la invasión rusa de Ucrania y la guerra subsiguiente tienen a Rusia como inicial responsable, un mínimo de rigor histórico debe señalar a la OTAN y a los países occidentales como igualmente provocadores de semejante aberración. Dicho de otro modo: la OTAN se presenta ahora como solución a un problema en gran parte creado por ella misma. No es la primera vez: recordemos Irak o Afganistán.
Ahora mismo, la OTAN tiene unos 40.000 militares desplegados en Europa, pero está previsto que aumente ampliamente el número en caso de “escalada”. ¿Quién o qué provocaría esa escalada?…
En Ucrania se está tardando en lograr un alto el fuego negociado para parar una guerra a la que no se ve fin y un desastre que no beneficia a nadie. (Bueno, sí: a la industria armamentística). Y no parece que estas movidas militares contribuyan para nada a ello o a mejorar las posibilidades de salida de la guerra. En definitiva: en ese contexto el alarde de estrategias y fuerzas españolas, que seguramente costará un pico al contribuyente, parece más bien absurdo, por muchas oportunidades y retos que vean algunos en ello.
7 comentarios en «¿Qué se nos ha perdido en Eslovaquia?»
Análisis sintético y muy lúcido.
Si, tan lúcido, que ha olvidado que los países son soberanos para decidir donde quieren estar y tan sintético que ha obviado que Ucrania entregó sus armas nucleares tras firmar un acuerdo de seguridad con Occidente que no ha sido respetado. Pero oye, ración de antiamericanismo tercermundista que es lo que la gente quiere.
Gracias por el comentario.
El problema es que Ucrania no puede dejar de estar colindante a Rusia y, del mismo modo que EE.UU. no aceptó en su momento los misiles en Cuba, tampoco Rusia los admite en sus fronteras.
El armamento nuclear ubicado en Ucrania pertenecía al Pacto de Varsovia, lo mismo que las armas nucleares que la OTAN tiene en Alemania, Países Bajos, Italia, Turquía, etc., pertenecen a la organización y además están supeditadas al arbitrio de EE.UU. en lo que se refiere a su uso eventual. En todo caso, estaremos de acuerdo en que es preferible que Ucrania, dadas las circunstancias, no disponga de ese armamento.
Más allá de eso, lo que trato de sugerir en mi artículo es que la noción de seguridad internacional no debe identificarse sin más con el militarismo y que las cosas podrían haber ido de otro modo si se hubieran cumplido las expectativas que unos y otros tenían, o decían tener, entonces.
China, Estados Unidos, Rusia, no paran de ocupar otros paises, Tíbet Chechenia Panamà Irak
China, Estados Unidos, Rusia, no paran de ocupar otros paises, Tíbet Chechenia Panamà Irak entre otros muchos, a España les conbiene recordar que Estados Unidos estuvo apunto de atacar no hace mucho las Islas Canarias.
Skorpios
Rusia no ha podido con un «pequeño» país, Ucrania, ¿y nos quieren hacer creer que es un peligro para Europa?
Los USA tienen 750 bases militares en todo el mundo, en todos los continentes, además del mayor arsenal de misiles intercontinentales, incluidas bombas atómicas. Ha intervenido, bombardeado e invadido 17 estados soberanos en los últimos 40 años, dejando un rastro de estados fallidos en Irak, Libia, Siria, Afganistán y parte del cuerno de África. Por su parte, Rusia, también tiene bases, pero muy pocas (una de ellas en el Mediterráneo oriental). Su presupuesto militar es una ínfima parte del presupuesto de la OTAN + estados aliados incondicionales (Japón, Australia, Israel, Marruecos, Arabia Saudí, etc) que suman más del 70% del presupuesto militar mundial. El de la OTAN supera el 50%. El de Rusia no llega al 4%.
No defendamos a Rusia, que es verdad, es un diablo, pero tampoco lo hagamos con los USA y la OTAN, que son unos demonios aún peores, por ser más militaristas.
La culpa de que los países nórdicos hayan entrado en la OTAN la tiene un país mísero que dedica «sólo el 4% de su presupuesto al gasto militar» pero que no se sabe muy bien cómo tiene miles de cabezas nucleares, -más que USA- decenas de submarinos atómicos -más que USA-, decenas de miles de tanques y miles de aviones de combate y dos millones de soldados (bueno ahora mismo alguno menos). Un país que nunca invadió Afganistán, nunca invadió Chechenia, nunca invadió Georgia, nunca invadió Ucrania, ni anteriormente Polonia. No nos cuente usted los resabios comunistas y oiga, si a usted le parece que se vive muy mal en occidente y con la OTAN, no sé como no os está largando a ese país ejemplar donde el disidente salta por la ventana, el opositor muere tiroteado, el opositor ya encarcelado se suicida dándose golpes en la espalda y hay raciones de polonio para todo el mundo que denuncie a la auténtica MAFIA que es la federación Rusa. Su federación.