Mauro Entrialgo, uno de los humoristas gráficos de mayor prestigio y reconocimiento de nuestro país, estará presentando Malismo. La ostentación del mal como propaganda en Salamanca el miércoles 6 de noviembre a las 19.00 horas, en la librería Letras Corsarias. El primer ensayo de Entrialgo es una disertación sobre el «malismo»: la estrategia publicitaria dominante en Occidente durante la última década.
Mauro Entrialgo define el malismo como el mecanismo propagandístico que consiste en la ostentación pública de acciones o deseos tradicionalmente reprobables con la finalidad de conseguir un beneficio social, electoral o comercial. Quizás sea en la política donde este fenómeno, asentado en la última década en Occidente, resulta más llamativo.
Veamos algunos ejemplos. Una representante pública se autopromociona con la destrucción de infraviviendas de personas sin hogar. Otra política incrementa su popularidad al calificar a los afectados más vulnerables de la pandemia de ‘mantenidos subvencionados’. Un alcalde se jacta de no hacer nada por aquellos estudiantes y trabajadores que no pueden acceder a una vivienda digna en la ciudad que él gestiona.
Insultar a minorías o rechazar de manera agresiva consensos de mínimos, como la justicia social o la Agenda 2030, hoy en día son tácticas habituales en la propaganda política actual.
Sin embargo, el malismo no se limita a la arena política; se encuentra también muy presente en otras formas de comunicación. Pongamos más casos. Una compañía aérea se mofa en sus redes sociales de las quejas de sus clientes. Ciertas figuras de poder humillan a los concursantes en programas de televisión. Los soldados sionistas difunden con orgullo pruebas audiovisuales de sus propios crímenes de guerra en redes.
Lo malote ha dejado de ser un sistema ingenioso para vender el producto musical de un grupo de jóvenes punk de barrio. Se ha convertido en una eficiente fórmula publicitaria dominante que ya no se dirige contra los poderosos, sino que es una herramienta común utilizada por estos.
Malismo, el primer ensayo de Entrialgo, es una lectura ágil, divertida y reflexiva, pertinente para repensar el concepto actual de irreverencia.
Introducir un comportamiento desvergonzado en una reunión social muy pacata puede resultar gracioso. En una coyuntura malista dominante en la que existen representantes públicos de alto nivel que hacen peinetas, presentadores de la televisión que insultan a los concursantes, youtubers que vejan a trabajadores para monetizar, empresas que se ríen de sus clientes, partidos que convierten faltones exabruptos de instituto en lemas electorales o iglesias cristianas que aplauden el enriquecimiento personal a costa de los semejantes, un gamberrete callejero no es ya un elemento discordante. La incorrección tiene ya poca gracia como broma, porque la incorrección ha sido asimilada por los poderosos y es ya una de sus armas recurrentes.
