Que las prisas son malas consejeras es una verdad inmutable que se volvió a poner de manifiesto este viernes en Salamanca.
Y, si no, que se lo digan a la mujer que a las 13 horas aparcó en doble fila su coche en Federico Anaya, para hacer una gestión rápida en la aseguradora, que estaba en la acera de enfrente, a la altura del número 19-21.
Salió escopetada, cruzó, hizo su gestión y al volver se percató de que se había dejado las llaves dentro y el coche se había cerrado automáticamente, impidiéndole acceder.
La Policía Local acudió al rescate de la mujer, en ese momento más apurada que infractora, y los agentes trataron de abrir el coche sin ocasionar estropicios.