La actriz Elisa Mouliáa ha presentado una denuncia ante la Policía contra Íñigo Errejón acusándole de acoso sexual. En el documento, la intérprete hace un relato de su experiencia con el ya expolítico, en septiembre de 2021, y asegura haberse sentido “víctima de un delito sexual”, ya que, según defiende, en ningún momento le mostró su consentimiento al exdiputado.
Después de acusar a Errejón públicamente este viernes en la red social X (Twitter), Elisa Mouliáa ha presentado una denuncia ante la Policía Nacional en la que relata su experiencia con el hasta ahora portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados. Esto habría ocurrido en septiembre de 2021, cuando, siempre según el testimonio de la actriz, habría sufrido dos episodios de “tocamientos” y besos sin consentimiento.
Tal y como indica en la denuncia la intérprete, ella y Errejón llevaban alrededor de un año intercambiando mensajes por Instagram y después por Telegram. Finalmente, se conocieron en septiembre de 2021, cuando el expolítico la invitó a la presentación de su libro. Tras el acto, el entonces diputado invitó a Mouliáa a tomar una cerveza, mostrando entonces él una actitud “correcta”, pero “seria y fría”.
Posteriormente, dado que la actriz tenía intención de acudir a una fiesta organizada por unos amigos en un domicilio, le propuso a Errejón que la acompañase. Mientras iban en el coche hacia la fiesta, el exportavoz de Sumar le dijo a la actriz, de forma “dominante” que esa noche iba a “imponer tres reglas”. “La primera, que no se alejase mucho de él esa noche. La segunda, que si lo hacía no se fuese a más de veinte metros de él y regresase en un minuto. Y la tercera, que esa noche le diese un beso”. El comportamiento del expolítico hizo a la denunciante sentirse “violentada y cortada”, aunque optó por “guardar silencio por ser” Errejón “quien era”.
Una vez en el edificio de la fiesta, en el ascensor, el exdiputado afirmó que iba a romper la tercera regla y, según afirma Mouliáa, la “agarró fuertemente de la cintura y la comenzó a besar, introduciéndole su lengua en el interior de la boca, dejándola sin respiración y de una forma violenta”, algo que hizo que la actriz se sintiese “muy intimidada”.
Ya en la fiesta, Errejón y Mouliáa “bailaron, bebieron y charlaron con los asistentes”. Si bien, “en un momento de la noche”, la actriz “comenzó a bailar con un amigo suyo”, lo que a juicio de la denunciante “debió producir un ataque de celos” al expolítico, que “la agarró fuertemente del brazo y la llevó por la fuerza por un pasillo, hasta introducirla en el interior de una habitación de la casa”.
A continuación, el denunciado “cerró con pestillo la puerta para impedir” que la actriz “pudiese escapar comenzando a besarla y a tocarla por distintas partes de su cuerpo, sobre todo en la zona de los pechos y de los glúteos”. Además, “le llegó a quitar el sujetador al tiempo que le decía frases lascivas del tipo ‘Cómo me pones’”. También la empujó “sobre la cama”, “se sacó su miembro viril” y comenzó a “lamer la zona de los pechos” de la denunciante, quien afirma que “se sintió paralizada y no consintió nada de lo que sucedió”. “Todos estos hechos ocurrieron sin el consentimiento de la declarante”, insiste la denuncia.
Cuando ella le dijo que quería volver a la fiesta, Errejón aceptó “con la condición de que en veinte minutos” se fuesen “a la casa de Íñigo”, a lo que la intérprete “accedió para que todo lo que estaba sucediendo terminase cuanto antes”. Posteriormente, cuando se dirigían al domicilio del exdiputado, Mouliáa indica que recibió una llamada de su padre informándole que la hija de esta -de un año de edad- “tenía cuarenta de fiebre, extremo que le preocupó mucho, pero no” a Errejón.
Finalmente, en la vivienda del expolítico, “este sin mediar palabra comenzó nuevamente a besar” a la denunciante en los labios “mientras le realizaba tocamientos por la zona de los pechos y de los glúteos, mientras trataba de trasladarla hasta su habitación”. Por su parte, ella le espetó: “Solo sí es sí, parece mentira que me esté pasando esto contigo”, preguntándole además “si no sabía lo que era la seducción, los tiempos y la escucha”. Tras ello, la reacción de Errejón fue “darle las gracias y decirle que eso le iba a servir para futuros encuentros, extremo que provocó” en la denunciante “sorpresa, repulsión y decepción”.