Una ciudadana noruega se ha convertido en la protagonista de una curiosa anécdota después de comprar por unos 8 euros un anillo en un mercadillo y comprobar después que en realidad se trataba de una joya cuyo valor era mucho mayor. Además, con el dinero obtenido, la mujer pudo ayudar a su madre, víctima de una estafa previa.
Debra Goddard, que actualmente tiene 55 años, compró cuando tenía 22 años un anillo en un mercadillo. La pieza, por la que pagó 100 coronas (unos 8 euros) contaba con un brillante que se pensaba que era vidrio. Sin embargo, en realidad se trataba de un diamante cuyo valor era millonario.
La mujer se dio cuenta del valor real de la joya cuando, con el objetivo de ayudar a su madre víctima de una estafa, encontró el anillo y acudió con él a una joyería para ver si podía sacar algo de dinero. Una vez allí, el joyero examinó la pieza y reveló a su dueña que el brillante era un diamante de 26,27 quilates.
“Cuando fui al joyero, casi se desmaya y me dijo: ‘¿Sabes qué es esto? Es un diamante’. Me quedé sin palabras”, explicaba la protagonista al diario británico ‘The Sun’. Tras ello, acudió a una casa de subastas, donde confirmó el valor del anillo, que fue tasado en 6,3 millones de coronas noruegas.
Finalmente, la casa de subastas vendió la pieza en nombre de la propietaria, que recibió 4 millones de coronas noruegas (unos 337.000 euros), mientras que la casa de subastas se quedó con el resto. Con el dinero, Debra pudo ayudar a su madre y, además, viajaron juntas a Barbados y Las Vegas.