Un grupo de investigadores ha comprobado que limitar la ingesta de azúcar en los dos primeros años de vida protege contra el desarrollo de diabetes e hipertensión en la etapa adulta. Para ello estudiaron los casos de personas afectadas por las restricciones al azúcar impuestas en Reino Unido por la Segunda Guerra Mundial.
El consumo de azúcar durante los dos primeros años de vida está estrechamente relacionado con el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión en la etapa adulta. Un grupo de científicos de universidades de EEUU y Canadá ha recurrido a las restricciones de azúcar impuestas en Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial para estudiar el efecto de su consumo.
De esta manera, tal y como se puede comprobar en los resultados del estudio, publicado en la revista ‘Science’, aquellos niños cuyo consumo de azúcar estuvo limitado, han acabado desarrollando menos enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión llegados a la edad adulta.
Así pues, en el caso de aquellos a quienes se les cortó el consumo por completo, tienen un menor riesgo de sufrir diabetes (35% menos) e hipertensión (20%) frente a quienes solamente vieron reducida la ingesta de azúcar. Además, aunque según señalan los expertos, ya influye la etapa en la que el bebé está en el útero, es durante los dos años de vida cuando más se les puede proteger.
En la investigación, los científicos estudiaron los casos de 60.183 personas nacidas entre octubre de 1951 y 1956. Tras preguntarles por su situación, comprobaron que 3.936 de ellos padecían diabetes, mientras que 19.644 sufrían hipertensión. “El riesgo de diagnóstico de enfermedad aumentó con la edad para todos, pero lo hizo más rápidamente entre los adultos que no estuvieron expuestos al racionamiento”, aclara el estudio.
“Los resultados parecen indicar que limitar la ingesta de azúcar simple y sus derivados en la infancia podría prevenir o retrasar de alguna manera el desarrollo de los problemas de salud crónicos”, admite Jesús Francisco García Gavilán, investigador del Instituto de Salud Carlos III, en declaraciones a ‘Science Media Center’ tras conocer el estudio.