Opinión

Todo es política…

Congreso de los Diputados. Foto. Congreso_Es.

Hace un par de semanas participé en un foro con jóvenes, tratando de darles alguna posible respuesta sobre el mundo que les ha tocado vivir y qué es lo que les espera en su entrada al mercado laboral.

A propósito de su manifiesta desafección política trataba de hacerles ver que, aunque ellos no quieran saber nada de ella, la política es el epicentro de sus vidas. Una decisión política marca el número de horas que trabajarán, el sueldo que cobrarán, si tendrán más o menos difícil el acceso a la vivienda o si es más posible que conduzcan un coche híbrido que uno movido por gasoil.

Y sí, la política marca nuestras vidas hasta límites de los que no somos conscientes, pues detrás de cualquier situación sobre la que se ha legislado o propiciado por parte de los poderes públicos hay una decisión política, tomada con más o menos acierto, con más o menos apoyo de criterios técnicos o por el contrario basada en criterios de conveniencia partidista o incluso personales.

Si hay algo que en principio no está sujeto a decisiones políticas es la climatología. Bien digo en principio, pues que nos estemos cargando entre todos el planeta en el que nos ha tocado vivir también es una decisión política de algunas naciones y algunos dirigentes mundiales, que seguramente tienen en mente cosas con más peso específico que la pervivencia, con dignidad, de la raza humana. Esto daría para otras muchas columnas de opinión…

Y así, que llueva torrencialmente no lo elige el político de turno. Lo que sí elige es el modo en el que han crecido algunas ciudades y pueblos, obviando por ejemplo los cauces naturales de los ríos, las zonas previsiblemente inundables y la ubicación de los torrentes en favor de un urbanismo desbocado. También es político que las inversiones en buenas redes de alcantarillado sean mínimas. Del mismo modo, también es político que convocar un estado de alarma no sea conveniente hacerlo en víspera de un puente como el de Todos los Santos, con la cantidad de dinero que deja el turismo en nuestra Comunidad; como también es una decisión política que el mismo día de la tragedia su presidente estuviese pelando la pava (o lo que pele ese señor) con una periodista, mientras sus administrados perdían vidas y haciendas.

Y sí, dejar de financiar los servicios de emergencia de una Comunidad Autónoma, por presiones de la ultraderecha, y destinar esos fondos para la promoción de la tauromaquia, también es política…

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