José A. Lorenzo y José M. Criado vecinos de Sanchón de la Sagrada y Robliza de Cojos, respectivamente recibirán un homenaje este sábado.
Sanchón de la Sagrada recordará a su vecino José Apolinar Lorenzo el día 16 a las 11.30 horas. Se instalará una stolperstein en su memoria.
Por su parte, Robliza de Cojos, colocará una stolperstein en memoria de José Manuel Criado Sánchez, el mismo sábado pero a las 13.30 horas en la calle La Calzada, jardín de la Fuente.
Los dos municipios honrarán la memoria de sus vecinos deportados y nacidos en ambas localidades, con la instalación de stolperstein o piedras de la
memoria que recuerdan su trágico destinos en campos de concentración nazis.
- En Sanchón de la Sagrada: José Apolinar Lorenzo Hernández
José Apolinar Lorenzo Hernández nació el 20 de octubre de 1921 en Sanchón de la Sagrada, una pequeña localidad situada en el centro de
la provincia de Salamanca, que por entonces contaba con algo más de 300 habitantes. Su padre, Marcos Lorenzo Martín, era jornalero y, al igual
que su madre Ana Abella Hernández Benito, era natural de Sanchón de la Sagrada.
La asociación Memoria y Justicia de Salamanca no sabe cuánto tiempo vivió José Apolinar en el pueblo. Cuando se produjo la sublevación militar de julio de 1936, tenía 14 años y ya no vivía en Sanchón, tal vez ni siquiera en España. Por indicios posteriores, es posible que hubiera emigrado a Francia en los años 20, como ocurrió con muchas familias del campo salmantino en aquellos años.
Eso explicaría, entre otras cosas, que con poco más de 20 años José Apolinar Lorenzo figure en los archivos del Ministerio de Defensa francés como miembro de la Resistencia de las Fuerza Francesas del Interior (FFI) y como de nacionalidad francesa, aunque nacido en Sanchón de la Sagrada.
Entre las pocas noticias que tenemos de José Lorenzo, está la de su detención en Francia, en el verano de 1944, en una operación alemana contra la resistencia francesa. No mucho antes, el 6 de junio, se había producido el desembarco de Normandía y el avance de los aliados hacia París, junto al de los soviéticos por el este, prefiguraban claramente ya la derrota alemana. Tras su detención, José fue encarcelado en Fort Hatry, en la ciudad de Belfort (Francia), un cuartel utilizado entonces por la Gestapo como prisión de tránsito para prisioneros políticos, procedentes en su mayoría de la Resistencia, que iban a ser deportados a campos de concentración en Alemania.
En la estación de Belfort fue subido a un tren el 29 de agosto de 1944 (cuatro días después de la liberación de París), junto a otros 721 prisioneros, en su mayoría franceses (91%) y ninguno de nacionalidad española, con destino a la deportación. Dos días después, el 31 de agosto, José Apolinar Lorenzo fue internado en el campo de concentración de Neuengamme, en las afueras de Hamburgo (Alemania). Fue el único salmantino deportado a ese campo y también fue el último salmantino en ser deportado a un campo nazi, cerrando una lista que asciende a 36, quince de los cuales lo fueron en 1944.
No se sabe cuánto tiempo estuvo en el campo de concentración de Neuengamme, sin duda porque antes de la liberación, las SS obligaron a los presos a limpiar y quemar los archivos del campo. Pero sí se sabe que fue trasladado al campo exterior de Wilhelmshaven, donde se encontraba el principal puerto militar alemán. Allí los presos eran utilizados en labores industriales en los muelles y en retirar las bombas de los bombardeos aliados que no habían estallado. Unos días antes de la liberación del campo, el lugar fue vaciado por las SS y los presos supervivientes fueron trasladados hacia el interior de Alemania.
Apenas se tienen noticias del destino de José Apolinar, tan solo que pasó por Buchenwald y terminó en el campo de concentración de Bergen-Belsen, el campo donde murió Ana Frank. El Journal Officiel de la République Française de 04-03-2014 ha incluido su nombre en un listado con la mención “Muerto en deportación”, oficializando así su muerte, ocurrida, según dicho boletín, el 15 de abril de 1945. Esta fecha coincide con la de la liberación del campo de Bergen-Belsen por la 11ª División de la Armada del Reino Unido, por lo que probablemente más que indicar la fecha precisa en que murió, señala la fecha en que lo encontraron muerto.
Para entender cuál pudo ser el destino de José Apolinar Lorenzo, hay que tener en cuenta que los últimos meses de la guerra fueron especialmente trágicos para los deportados en campos de concentración, ya que los nazis trataron hasta el último momento de ocultar y acelerar a la vez el exterminio. Baste decir que, cuando las tropas británicas y canadienses encontraron por casualidad el campo de Bergen-Belsen, ese 15 de abril de 1945, encontraron un panorama dantesco: 13.000 cadáveres tirados por el campamento sin enterrar y 60.000 prisioneros, en su mayoría enfermos y muertos de hambre.
Muchos de ellos habían llegado a Bergen-Belsen en los últimos meses procedentes de otros campos y fueron allí hacinados de manera que la falta de alimentos y las pésimas condiciones sanitarias provocaron la muerte de 35.000 prisioneros entre enero y abril de 1945, a los que habría que sumar otros 14.000 fallecidos en los dos meses siguientes a la liberación.
Todo parece indicar que José Apolinar Lorenzo fue uno de ellos, víctima de la barbarie nazi en los últimos meses de la guerra, cuando tan solo tenía 23 años.
- Robliza de Cojos. José Manuel Criado Sánchez
De los 19 salmantinos asesinados en campos de concentración nazis, de José Manuel Criado es del único que sabemos concretamente cómo murió: fue gaseado en el castillo de Hartheim un 19 de diciembre de1941. Había sido conducido allí desde Gusen nueve días antes para ser exterminado en la cámara de gas cuando su estado físico ya no permitía seguir explotándole como trabajador esclavo. No era de extrañar, había pasado cinco meses en la cantera del campo central de Mauthausen y casi un año en el infierno de Gusen, sometido diariamente a la deshumanización, los malos tratos, el hambre, la enfermedad, las interminables jornadas de trabajo.
Tras la cámara de gas, el crematorio y, tras las cenizas, el ocultamiento y el olvido. Muy atrás quedaban ya los meses encarcelado en los stalags o campos de prisioneros, su participación en la II Guerra Mundial, el exilio y el internamiento en campos franceses, los años de guerra en España defendiendo a la República…, su infancia en un pueblo de Salamanca.
José Manuel Criado Sánchez había nacido en Robliza de Cojos (Salamanca) el 27 de febrero de 1913 en una familia de jornaleros. Su padre, Sandalio Criado Pérez, así como sus abuelos paternos eran de Robliza, mientras que la familia de su madre, Isabel Sánchez Crud, procedía del cercano pueblo de Rollán.
No tenemos noticias documentadas de José Manuel hasta su exilio en Francia, cuando contaba ya con 27 años. Por informaciones posteriores, cabe suponer que en julio de 1936 ya no residía en Robliza, que combatió en la Guerra Civil contra los militares fascistas y que formó parte de la Retirada, pasando al exilio francés en febrero de 1939.
Allí debió estar en alguno de los campos de internamiento de sudeste de Francia, hasta que en el otoño de 1939 se enroló en la Legión Extranjera del ejército francés, concretamente en el 21 Régiment de Marche de Volontaires Étrangers, creado a finales de septiembre en el campo de Barcarès (Francia).
Este regimiento se enfrentó sin éxito a los alemanes en el área de las Ardenas a principios de junio de 1941. Compartiendo el destino de otros muchos republicanos españoles, José Manuel fue hecho prisionero por los nazis y encarcelado en el Stalag VD, un campo de prisioneros de guerra cercano a Estrasburgo (Francia), como prisionero francés, con el número 2234.
Allí los interrogatorios de la policía secreta alemana le identificaron como español de nacimiento y fue etiquetado como Rotspanierkämpfer, como “excombatiente de la España Roja”. Fue trasladado al Stalag VB, en las afueras de Villingen (Alemania), cerca de la frontera con Suiza.
Desde Villingen partió con destino a un campo de concentración, formando parte de un convoy en el que José Manuel era el único deportado de nacionalidad española. Fue internado en Mauthausen el 6 de septiembre de 1940. Un mes antes habían llegado a Mauthausen los primeros españoles (y los primeros salmantinos), y seguirían llegando en los meses siguientes hasta sumar, a finales de enero de 1941, 4.400 deportados españoles en ese terrible campo (trece de ellos, salmantinos). Buena muestra del destino que les esperaba es el número de ellos que murieron allí o en alguno de los subcampos anejos, más de 3.000, siete de cada diez (once de los trece salmantinos).
En el campo central de Mauthausen, José Manuel Criado estuvo casi cinco meses, hasta que fue seleccionado para ser trasladado al subcampo de
Gusen, donde entró el 24 de enero de 1941. Fue, junto a Acedo y Martín del Águila, de los primeros salmantinos transferidos a Gusen. Allí todo era, si cabe, peor que en Mauthausen, el trabajo en la cantera o en el molino de piedra, los malos tratos, las enfermedades, el hambre. Aún así, José Manuel consiguió sobrevivir diez meses y medio más, pero su debilitamiento le llevó a ser trasladado al Lagersanatorium de Hartheim, donde los nazis habían instalado el ‘Centro de Eutanasia’ de Hartheim, o más acertadamente el Tötungsanstalt (centro de exterminio) de Hartheim, inicialmente destinado a los discapacitados alemanes. Nueve días después de llegar, el 19 de diciembre de 1941, fue asesinado en la cámara de gas del castillo. Tenía 27 años, 9 meses y 20 días.
El castillo de Hartheim (Austria) en la actualidad, convertido en un Memorial. Un año después, en enero de 1943, el representante de la Cruz Roja Alemana en Francia inicia pesquisas sobre el paradero de José Criado, primero ante la policía de seguridad. El 15 de mayo dirige una carta a la Central de la Cruz Roja en Alemania solicitando información sobre Criado, del que informa que la Policía Secreta del Estado de Stuttgart averiguó que era español y, etiquetado como Rotspanierkämpfer (ex-combatiente rojo español), fue enviado al campo de Mauthausen el 28 de junio de 1940. Lo hace a instancias de sus familiares, que declaran no tener noticias de Criado desde el 10 de junio de 1940 (tal vez la fecha en que fue hecho risionero), por lo que están muy preocupados.
En la carta no se identifica a los familiares, de los que tan solo cabe suponer que vivían en Francia. Todavía en julio y agosto se envían nuevas misivas solicitando información. Y casi un año después, el 25 de abril de 1944, ante la falta de respuesta y la presumible insistencia de los familiares, desde la Cruz Roja Alemana en Francia se envía una nueva carta solicitando información sobre José Criado. Por fin, una primera respuesta desde Alemania es pedir que, antes de hacer indagaciones, los familiares comprueben si no han recibido en ese lapso de tiempo algún mensaje de la persona que buscan. Por fin, el 15 de junio de 1944, se notificó que se había informado a los familiares de la muerte de José Criado, producida el 19 de diciembre de 1941, dando el proceso por concluido.
Para entonces, José Criado llevaba ya dos años y medio muerto e incinerado, y no concretamente en Mauthausen, sino en la cámara de gas de Hartheim. Tal vez los familiares que le buscaban tardaron años en conocer toda la verdad.