Opinión

Savasana: La postura más Importante en yoga

Marta Corrionero, maestra de Yoga Canesha Salamanca, realiza la postura Savasana.

Bienvenidos a vuestra columna de yoga, hoy con la postura reina.

Ah, Savasana. La postura que más se parece a un descanso glorioso y que, irónicamente, es la que más a menudo la gente tiende a saltarse. Si puedes venir a tu práctica de yoga no es para irte antes o después de savasana (la relajación final), es para realizar la práctica completa.

Después de sudar, estirarte y retorcerte como un pretzel humano en tu clase de yoga, llega el momento de tumbarte en tu esterilla, cerrar los ojos y… esperar. Esperar a que la magia ocurra. Y aunque parezca que te estás tomando cinco minutos para una no siesta casual, no te dejes engañar. Savasana es la postura más importante de toda la práctica de yoga. Sí, incluso más que esa impresionante postura de equilibrio sobre las manos que has estado practicando (aunque esta también sea genial).

Como profe de yoga y practicante te digo ¿Por qué es tan importante?

Primero, es fundamental entender qué es lo que Savasana hace por ti. En esta postura, que básicamente consiste en tumbarte en tu mat como una estrella de mar relajada, tu cuerpo tiene la oportunidad de integrar los beneficios de toda la práctica anterior. Es como darle a tu cerebro el botón de «guardar cambios» después de escribir ese ensayo importante (o en este caso, después de todas las asanas). Durante Savasana en Yoga Ganesha, tu sistema nervioso pasa de su modo de «lucha o huida» al de «descanso y digestión», lo que permite a tu cuerpo y mente recuperarse y rejuvenecer.

Piensa en Savasana como la «pantalla de carga» en un videojuego. Acabas de pasar por una serie de desafíos físicos y mentales, y ahora necesitas unos momentos para que todo el esfuerzo que has hecho realmente se asiente en tu sistema. No hay medallas por hacer más posturas si luego te saltas este importante proceso de «integrar».

Frase que he escuchado cuando la gente empieza a practicar en sus primeras clases:

 «Pero no estoy haciendo nada…»

Exacto. Esa es la idea. Es aquí donde reside la magia. Cuanto más difícil te parezca «no hacer nada», más necesitas Savasana.

“Que la Savasana te acompañe.”
— Como en
Star Wars
(El poder relajante de Savasana siempre está ahí, como la Fuerza).

En una sociedad donde la productividad se idolatra y el «descanso» se percibe como algo perezoso, aprender a estar quieto es todo un superpoder. En esos momentos de calma, tu cuerpo no solo está descansando, está recuperándose a nivel celular. Tus músculos se relajan, tu ritmo cardíaco baja y tu mente comienza a procesar todo lo que has aprendido, tanto en el plano físico como mental.

Saltarse Savasana es como dejar un pastel en el horno sin sacarlo, tal cual lo lees.

Imagínate que horneas un pastel perfecto. Lo metes en el horno, sigues cada paso, y justo cuando la alarma suena para sacarlo… decides apagar el horno e irte. ¿Qué pasa con el pastel? Exacto, se quema. Saltarse Savasana es como no dejar que el cuerpo termine de «hornearse». Todo ese esfuerzo que pusiste en tu práctica puede quedar en un limbo si no le das a tu cuerpo la oportunidad de relajarse y asimilarlo.

Así que la próxima vez que tu profesora de yoga diga «ahora, prepárate  para Savasana», no lo veas como un capricho, sino como el final épico que tu cuerpo necesita.

Porque, seamos sinceros, ¿quién no quiere terminar su clase de yoga con un toque de relax?  Entrégate y disfruta.

Que tengas un buen día y cuides tu Savasana y tu energía.

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