El hasta ahora secretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato, ha presentado su dimisión este miércoles tras la polémica desatada al conocerse su registro ante notario de una conversación sobre el envío del email en el que la defensa de Alberto González Amador, novio de Ayuso, reconocía dos delitos fiscales.
“He tomado la decisión de no continuar como secretario general del PSOE de Madrid”, anuncia Lobato en una carta a la militancia este miércoles. “Lo hago para poner freno a una situación de enfrentamiento y división grave que se estaba generando en el partido, que sólo iba a dañar al PSOE en Madrid y a los avances en la unidad que habíamos conseguido en estos tres años”, explica.
El anuncio de Lobato se produce tras el pulso a Ferraz de este martes, en el que denunciaba el “linchamiento” por parte de algunos dirigentes del PSOE y descartaba su dimisión. Sin embargo, tan solo un día después ha comunicado que deja el cargo, así como que no se presentará a las primarias.
“Siempre he dejado claro que la política en la que creo tiene como esencia el diálogo y el debate, el servicio público, la honestidad y el interés general. Creo en la política en la que las personas con posiciones diferentes podamos acordar cosas que benefician a los ciudadanos. Porque el bien común tiene que estar por encima de cualquier decisión política. Yo no creo en la destrucción del adversario, en la aniquilación del que discrepa y del que piensa diferente”, defiende en su comunicado.
Además, Lobato ha reconocido que, “sin duda, mi forma de hacer política no es igual ni quizá en ocasiones compatible con la que una mayoría de la dirigencia actual de mi partido tiene. No pasa nada. Lo asumo democráticamente. Pero no puedo renunciar a ser como soy y como he sido siempre”.
La polémica comenzaba después de que este domingo se conociera que el hasta ahora líder de los socialistas madrileños había registrado ante notario una conversación con Polar Sánchez Acera, jefa de gabinete de Óscar López, en la que esta le enviaba el correo en el que el abogado de Alberto González Amador reconocía dos delitos fiscales, con el objetivo de que Lobato lo utilizase contra Ayuso en la Asamblea de Madrid.