El trastorno por consumo de alcohol supone un problema que puede causar graves perjuicios a la salud de quienes lo sufren. A la hora de su detección, diferentes expertos han coincidido en señalar los primeros síntomas que aparecen.
Según la explicación de los expertos de Mayo Clínic, el trastorno por consumo de alcohol supone un patrón de consumo de bebidas alcohólicas que conlleva problemas para controlar lo que se bebe. Junto a ello, también implica la necesidad de beber más para lograr el mismo efecto, así como la aparición de síntomas de abstinencia cuando se disminuye o desaparece el consumo. Se considera alcoholismo todo consumo de alcohol que ponga en riesgo la salud y/o la seguridad de quien lo bebe, provocando además problemas en los ámbitos personal, social o laboral.
Dentro de los síntomas a los que aluden los expertos, el primero de ellos es la incapacidad para limitar la cantidad de alcohol que se ingiere. Otro de ellos es la presencia de necesidad de beber, y hacer todo lo posible por conseguirlo. Finalmente, el más grave de ellos es el incumplimiento de las obligaciones laborales o las actividades sociales a causa del alcohol.
Por otro lado, también existen otras señales, entre las que destacan desde el consumo de bebidas alcohólicas con una frecuencia desmedida, así como la imposibilidad de dejar de beber pese a ser consciente del daño que está provocando ese consumo.
Finalmente, el propio organismo puede indicar que ya se ha ‘acostumbrado’ al consumo de bebidas alcohólicas. En este sentido, pueden aparecer desde la conocida tolerancia, hasta la aparición de síntomas de abstinencia cuando el consumo se reduce de forma drástica. Dentro de esto último, el alcoholismo puede provocar sudoración incontrolada, temblores, aceleración de pulsaciones, ansiedad o náuseas y vómitos.
