[dropcap]D[/dropcap]esde que se transfirieron las competencias sanitarias a la Junta de Castilla y León, se han venido desarrollando una serie de reformas cuyo principal objetivo es dar un giro total al modelo sanitario de la Ley General de Sanidad de 1986.
Se impulsan privatizaciones y recortes que empeoran cada vez más la calidad sanitaria que reciben los ciudadanos de nuestra comunidad y muy especialmente los salmantinos. Las medidas y recortes adoptadas por la Junta de Castilla y León están perjudicando muy gravemente a nuestro Hospital que sigue siendo el gran olvidado de la Junta.
Los reiterados retrasos en su construcción frenan la actividad diaria del Hospital y paralizan obras necesarias de mejora y mantenimiento, por esperar la ejecución definitiva de ese “nuevo hospital” que nos prometen cada cuatro años coincidiendo con el proceso electoral, activando unas obras que luego paralizan, una vez terminadas las elecciones, alegando cualquier inconveniente para volver a paralizarlas. A día de hoy, no sabemos cuándo acabarán.
Pero nuestro Hospital tiene muchos problemas, no sólo de obras, el más importante es su mala gestión, en gran medida se debe a la falta de liderazgo y aplicación de políticas sanitarias adecuadas, tanto en la propia gestión sanitaria como en la organización y planificación de las necesidades asistenciales. No se abordan los problemas, se improvisan. La gestión está caracterizada por decisiones atropelladas que han llevado, a los diferentes gerentes designados por el Partido Popular, a cometer errores muy graves que están dejando a nuestro Hospital con un fuerte desprestigio jamás conocido en Salamanca. No se abordan los problemas, se improvisan, provocando un coste mayor de los escasos recursos de que disponemos.
La falta de transparencia en la información y la rendición de cuentas es una constante. Aun estamos esperando alguna explicación del agujero de 180 millones de euros de facturas privadas guardadas en cajones, sin pagar, y que han ido aumentando e hipotecando la financiación del hospital sin que nadie haya dado explicaciones. Se cesó a su gerente y vicegerente por incapaces y ahora, se las ha premiado con un nuevo cargo de asesoras, de no sabemos qué, en Valladolid. ¡Viva la incompetencia!
A todos los problemas que tenemos de funcionamiento, se suman los continuos desprecios y medidas de recortes que venimos sufriendo los salmantinos por parte de la Junta, con el silencio cómplice de nuestro alcalde y presidente de la Diputación. Pero, si pensábamos que ya se habían acabado los recortes, estábamos equivocados. Ahora se nos intenta meter más el dedo en el ojo. El consejero de Sanidad de la Junta, se ha presentado, por sorpresa, en Salamanca y sin ningún pudor, anuncia, ante los medios de comunicación, que no ante los trabajadores y sus representantes legales de la junta de personal, la nueva plantilla orgánica del complejo hospitalario de Salamanca. Es decir, de nuestros hospitales que incluye la desaparición de 91 puestos de trabajo, a pesar de reconocer que hay 182 puestos sin cubrir y, si a eso unimos que en los últimos años hemos soportado la eliminación 190 profesionales, entre la atención primaria y especializada, la situación se agrava pasando a dramática para nuestro Hospital salmantino.
Los ciudadanos y trabajadores sanitarios debemos de tomar conciencia de lo que está pasando y de una vez por todas parar estos atropellos a todas luces injustos, como lo hicieron los madrileños con su marea blanca. Si no es así, mañana será tarde para lamentaciones porque seguiremos los trabajadores sanitarios trabajando bajo mínimos, estresados, agotados física y mentalmente, incapaces de dar una atención adecuada a los pacientes y serán ellos, también como nosotros, los que sufrirán las consecuencias, viendo y padeciendo como aumenta la pérdida de calidad asistencial, las interminables listas de espera en intervenciones quirúrgicas, pruebas diagnosticas, consultas de especialistas y la saturación y colapso de los servicios de urgencias étc, étc. Yo creo que se ha pasado la línea roja, de todos depende salvar y defender nuestro Hospital y sobre todo, nuestro derecho a una Sanidad Pública universal y de calidad.























