Opinión

Los bulos sobre la insostenibilidad del sistema público de pensiones

Un grupo de jubilados, en la Plaza de la Concordia. (Foto: Javier Pérez) ARCHIVO.

Escuchamos con frecuencia noticias, discursos, proclamas interesadas que salen de las bocas de supuestos estudiosos, expertos y gurús del catastrofismo, donde se cuestiona la sostenibilidad del sistema público de pensiones por razones variopintas: porque vivimos demasiado, porque el número de pensionistas no deja de crecer, porque las pensiones en España son muy generosas, etc.

Ante razonamientos “tan contundentes” las recetas son recurrentes: retrasar la edad de jubilación, con o sin incentivos; menguar su importe exigiendo, reforma tras reforma, más tiempo de cotización; trampear a la hora de tratar su revalorización bien acudiendo al IPC medio, bien a la revalorización/insulto del 0,25%, o congelándolas, y por último, y como acompañamiento necesario de todo lo anterior y solución “mágica” se nos invita/obliga a suscribir planes de pensiones individuales o colectivos. Con estos, toda la argumentación anterior patina, choca y se da de morros contra la lógica más elemental, contra el sentido común.

Para conseguir una saneada sostenibilidad del sistema público de pensiones le restamos recursos para destinarlos a los planes de empresa, es irracional, es como intentar sumar restando, una neo matemática, neo vanguardista, neoliberal que hunde sus raíces en lo más oscuro y abyecto de la época feudal.

Disfrutamos más tiempo de las pensiones públicas porque vivimos más años, pero este razonamiento no se plantea para las privadas, a no ser, claro está, que interesadamente nos oculten lo evidente, esto es, que con pensiones más pobres nos acortaran la esperanza de vida y la calidad de la misma.

Parece que lo que se impone, con argumentos contundentes e incontestables, a la hora de justificar la insostenibilidad del sistema público de pensiones, se oculta, se pasa de largo, carece de importancia, se suaviza cuando se nos anima a suscribir un plan privado o de empleo, los cuales se nos presentan profusamente adornados, en tiempos de desprecio hacia todo lo que suene a impuestos, con una suculenta e irresistible rebaja fiscal.

Siguiendo con esta ilógica insostenible donde se critica al sistema público de pensiones por tener que sufragar el “gasto” que supone mantener a tantas y tantos pensionistas, se vuelve a ocultar lo evidente, que tanto los planes privados como los de empleo y demás productos del sistema especulativo, deberán de soportar la misma “dolencia”: la de tener que pagar también a sus partícipes, a no ser que solo se piense en el aquí y ahora, primero cobrar y luego ya veremos o veremos menos o no veremos nada.

La lógica a imponer es muy clara, la del mercado: “tanto tienes, tanto vales”. Los valores del sistema público de pensiones, por el contrario, son la solidaridad inter e intra generacional, aquello que los amantes de la privatización denigran llamándolo la estafa piramidal. Estamos ante un derecho que quieren reconvertir en otro producto de consumo.

En nuestros salarios podremos tener una mayor o menor influencia, en el pellizco que los PPEE (planes de empleo) quieren imponer a los mismos no tendremos ninguna. El poder financiero es dictatorial y de naturaleza acumulativa, los salarios y su continuación, las pensiones, reparten la riqueza, solidarizan los recursos. Son poderes contrapuestos y no podemos dejar que ganen los primeros, nos va en ello casi todo.

Por. Santiago Herranz Castro, miembro de la plataforma Yay@gaitas de Salamanca

1 comentario en «Los bulos sobre la insostenibilidad del sistema público de pensiones»

  1. No hay ninguna razón para no hacer bien las cuentas. Me explico, lo importante es si hay riqueza y cuánta para repartir y que toda la gente pueda vivir dignamente. A partir de ahí, tenemos que hablar de cómo se reparte la riqueza, que al fin y al cabo es colectiva puesto que todos han participado o participan en su creación. Aunque la relación de población trabajadora / pensionista disminuya, si la riqueza se mantiene o crece, las pensiones tienen que hacerlo en la misma medida. Si no, lo que está pasando es que las rentas del capital son las que se están llevando esa riqueza que no se reparte entre los asalariados y pensionistas. Esa es la trampa que nos quieren tender.

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