La Cara B de Warhol está en Salamanca

La Hospedería Fonseca de Salamanca acoge una exposición que recorre la aportación del artista a través de más de 300 de sus piezas a la historia del diseño gráfico musical
David Arranz / ICAL. La Hospedería Fonseca de Salamanca acoge una exposición que recorre la aportación del artista a través de más de 300 de sus piezas a la historia del diseño gráfico musical.

La música ha sido un componente invisible pero omnipresente durante toda la carrera artística y la vida personal de Andy Warhol. Desde que con 21 años comenzó a realizar las primeras portadas de discos hasta su muerte en 1987, cuando compró entradas para una ópera que no pudo disfrutar debido a las complicaciones de una operación de vesícula que no logró superar. El artista tomó la música como uno de los sustratos emocionales, iconográficos y conceptuales sobre los que construyó su producción, convirtiéndose así en un elemento imprescindible para comprender su proceso creativo y en uno de los ejes temáticos de su trabajo. 

Alba Familiar / ICAL Así lo narra la exposición Pop Song (Vol.2), que bajo el título ‘Andy Warhol. Música y Vinilos reúne más de 300 piezas en todo tipo de soportes que recogen la aportación del artista a la historia del diseño gráfico musical. La Hospedería Fonseca acoge, hasta el próximo mes de marzo, esta muestra, impulsada por el Servicio de Actividades Culturales de la Universidad de Salamanca. Fotografías, dibujos, serigrafías libros, revistas o vídeo instalaciones, sin dejar a un lado las más de 60 portadas de discos de todos los géneros musicales que, además de ser de gran valor para los investigadores, muestran al público general una genealogía de las relaciones entre el arte y la música popular durante la segunda mitad del siglo XX, repleta de historias y anécdotas personales del artista. 

“Hemos intentado mostrar un Warhol familiar pero diferente. La gente cree saberlo todo sobre él, pero en realidad solo saben que pintó las sopas Campbell y a Marilyn Monroe, y aquí hemos contado una cara de Warhol menos conocida, su relación intensísima con la música, de todos los géneros y estilos”, relata el comisario de la exposición, Javier Panera, en un recorrido junto a la Agencia Ical por la muestra, que sumerge al espectador en las diferentes etapas del artista, además de ‘The Factory’, el estudio del artista en Nueva York. 

David Arranz / ICAL. La Hospedería Fonseca de Salamanca acoge una exposición que recorre la aportación del artista a través de más de 300 de sus piezas a la historia del diseño gráfico musical.

El papel metálico en las paredes de una parte de la sala que alberga la muestra simula el estudio del artista. Con un escenario al fondo y, frente a él, un sofá rojo. Al igual que en ‘The Factory’, quien acuda a visitar la muestra, podrá encontrarse con las canciones en directo de The Velvet Underground, la banda Lou Reed y John Cale, de la que Warhol fue manager.

Desde la Universidad de Salamanca, en colaboración con el Conservatorio Superior de Música de Castilla y León y el grado en Musicología, han creado una banda que recupera el repertorio de la banda, y junto a la Facultad de Bellas Artes, crearán los vídeos que se proyectaban en los espectáculos. Su lugar de ensayo, la sala de exposiciones. Los horarios, imprevisibles, abriendo al público poder encontrarse con uno de sus ensayos en cualquier momento. 

El primer trabajo remunerado de Andy Warhol fue el de diseñar portadas de discos para el sello Columbia. La muestra ha recuperado la totalidad de los diseños que realizó cuando todavía no era un artista conocido entre los años 1949 y 1960, reunidas en un capítulo titulado ‘Warhol antes de Warhol’. En su mayoría, portadas de jazz, donde ya jugaba con la repetición de variaciones cromáticas en un mismo tema, en un arte hecho a mano, y donde experimentaba con aspectos que después aplicaría a la pintura. A partir de aquí, el artista empezaría a experimentar con la repetición, elementos sacados de la cultura de consumo, e introducirse en el pop, al mismo tiempo que realiza sus primeras serigrafías de las latas de sopa Campbell, de Marilyn Monroe o de Elvis. 

Las obras que reúne esta exposición también guardan anécdotas, como la del póster de Elvis creado a partir de la imagen promocional de la película de Flaming Star. Una pieza que no tuvo éxito tras su primera muestra en Los Ángeles, pero que en la actualidad está cargada de gran valor simbólico gracias a su relación con Bob Dylan.

Warhol grabó un screen test, una pieza de cuatro minutos de duración, al músico durante una visita a su estudio. Según relata Panera, Dylan solo acudió a ‘The Factory’ por interés con una modelo, y acabó siendo el protagonista de esta pequeña película donde, solo ante la cámara, tenía libertad total para hacer lo que quisiera, y que Warhol utilizaba para captar la psicología de los personajes. Tras rodarla, Dylan quiso cobrar sus derechos de imagen, y el artista respondió ofreciendo una serigrafía de Elvis a cambio. Una obra que no fue del agrado del músico, y que cambió a su representante por un sofá. Tan solo dos años después, la pieza fue vendida por dos millones de dólares al MOMA, que sigue siendo su actual propietario. 

David Arranz / ICAL. La Hospedería Fonseca de Salamanca acoge una exposición que recorre la aportación del artista a través de más de 300 de sus piezas a la historia del diseño gráfico musical.

El recorrido expositivo también relata la importancia de las musas de Andy Warhol, como Nico, Diana Ross, Debbie Harry o hasta Mick Jagger. Warhol tuvo una relación estrecha con el cantante de The Rolling Stones, con quien veraneaba también en compañía de su familia. En unas de estas vacaciones, en 1975, realizó una tirada de retratos en Polaroid, en los que crea un Jagger muy ambiguo, con labios exagerados, lleno de color, y en los que jugaba con la ambigüedad sexual propia de los años del Glam. Cuando expuso estas fotografías en la galería Leo Castelli, frente a ellas, colocó diez retratos de transexuales y travestis, jugando con esta similitud. 

Desde 1971 y hasta su muerte en 1987, Andy Warhol creó una especie de cápsulas del tiempo. Durante este periodo, el artista tenía siempre en su despacho una caja de cartón, en la que guardaba todos los objetos que pasaban por su mesa: entradas para el cine, fotografías, postales, revistas, y hasta pañuelos usados y preservativos. Una vez que se llenaba la caja, la cerraba y la mandaba guardar, bajo la orden de que no podría abrirse hasta su muerte. Además, cada noche llamaba por teléfono a su secretaria para dictarle el diario del día, unos documentos que ya han sido publicados. 

En total, son más de 400 cajas las que guardan los recuerdos del artista, de las que, hoy en día, solo se han abierto nueve, y se exponen en mesas sobrecargadas de objetos. Una distribución que imita ‘POP SONGS’ y a las que su comisario encuentra un símil con “la parrilla de Instagram de un adolescente”. Llenas de fotos de famosos, fotos personales, recuerdos de películas, amigos, autógrafos, facturas, billetes de autobús o del metro o del periódico del día. “Él era consciente de que su vida formaba parte de su proyecto”, afirma Panera. 

David Arranz / ICAL. La Hospedería Fonseca de Salamanca acoge una exposición que recorre la aportación del artista a través de más de 300 de sus piezas a la historia del diseño gráfico musical.

Bajo este formato, la muestra reúne los documentos de la visita de Andy Warhol a España en 1983. Instantáneas en las que aparecen personajes como Alaska o Ana Obregón, pero entre las que resalta un claro protagonista: Miguel Bosé. El músico consiguió que Warhol realizase su portada del disco, le encargó dos videoclips y le compró varios cuadros. A cambio, fue portada de la revista Interviú. Además, la exposición cuenta con un desplegable que plasma una versión de la portada realizada únicamente para el club de fans, de la que solo existen 150 ejemplares. 

Andy Warhol retrató también a Michael Jackson para la revista Times, además de a multitud de celebridades para la revista Interviú, con la condición de que tenía que ser él quien realizase la portada de sus discos, además de dos retratos. El artista también fue el encargado de lanzar el programa ‘15 minutes’ en la cadena MTV, donde mezclaba a artistas conocidos con otros que no lo eran para otorgarles 15 minutos de fama. 

Pop Song (Vol.2) recoge toda esta trayectoria de Andy Warhol, transportando al espectador a cada uno de los periodos, con una iconografía colorista y demostrado cómo todos los estilos tenían cabida en la producción del artista: desde la ópera, la danza o el musical de Hollywood hasta la música de vanguardia. Artistas como María Callas, John Cage, John Lennon o Count Basie también toman protagonismo en esta muestra que permite comprender el modo en que la música y la producción plástica y audiovisual de este artista se retroalimentaron a lo largo de casi cuatro décadas.

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