Los analistas discrepan sobre el alcance de los últimos movimientos en el tablero de la guerra entre Rusia y Ucrania. Después de años de impasse (qué diferencia con la operación relámpago de Siria), parece que estamos ante una escalada militar de amenazadoras perspectivas. Veamos lo más reciente:
- Corea del Norte envía tropas para apoyar a Rusia en el frente de Ucrania.
- Biden permite a Ucrania usar los misiles de largo alcance contra Rusia.
- Reino Unido y Francia siguen el ejemplo de Biden.
- Putin lanza contra Ucrania un misil de largo alcance con explosivo convencional (que podría llevar varias cabezas nucleares)
- Zelenski solicita a Occidente misiles de un alcance aún mayor y presiona para entrar en la OTAN.
¿Cuál podría ser el siguiente paso? Algunos especulan con la posibilidad de uso de armas nucleares tácticas por parte de Rusia, apoyándose en la decisión de Putin, que ha modificado su doctrina militar de modo que estas armas puedan ser usadas en caso de amenaza grave a la seguridad de Rusia. (Dicho sea de paso: la idea del posible uso de armas atómicas en Europa es de matriz norteamericana y a ella obedeció el despliegue de euromisiles en los años ochenta).
Ante este panorama es fácil darse al derrotismo alarmista, así que los países escandinavos difunden folletos entre sus ciudadanos con instrucciones para casos de grave crisis o guerra, a la vez que construyen refugios protectores contra eventuales ataques con armas de destrucción masiva. Unas campañas de Protección Civil que recuerdan las que hubo años atrás en EE. UU. y Reino Unido con el lema “Protégete y sobrevive”. Estos temores vienen acompañados de mensajes admonitorios de la prensa y de ilustres académicos, como, por ejemplo, Araceli Mangas, catedrática de derecho internacional de la USAL, quien hace pocos días advirtió de que “Alemania no está preparada y no tiene ejército sí Rusia ataca alguna zona”. Lo cual no tiene ni pies ni cabeza, pues ¿a santo de qué Putin iba a atacar a Alemania, provocando la inmediata intervención de la OTAN y un conflicto de incalculables consecuencias?, ¿olvidamos que desde hace décadas la OTAN tiene desplegados misiles atómicos en Alemania?, ¿cómo habría cambiado tanto la relación entre dos países que han tenido buenas relaciones desde la Ostpolitik de Willy Brandt hasta la guerra de Ucrania, en la que casi es tan responsable la OTAN como Rusia?
Cabe otro enfoque: que no cunda el pánico con este tipo de alucinantes oráculos avalados por nuestra universidad. El miedo es gratis y se puede coger cuanto se quiera, pero viene acompañado de reflexiones precipitadas y un malsano estado de ánimo. Más bien es posible o probable que esta escalada verbal y militar sea solo el medio para lograr posiciones de fuerza por parte de unos y otros ante la eventualidad de unas negociaciones de paz que se adivinan próximas. A poco que se reflexione, se verá que ni Rusia ni Occidente tienen ningún aliciente para iniciar una guerra nuclear, dado que el nivel de overkill que siguen teniendo los arsenales existentes aún es mucho más que suficiente para acabar con la vida en el planeta.
En todo caso los refugios antiatómicos tampoco serían una buena solución si hubiera una guerra nuclear. Como ya calculó el Dr. Strangelove en la película de Kubrick, debido a la contaminación radiactiva haría falta permanecer a cientos de metros bajo tierra durante veinte años (con invernaderos artificiales y energía nuclear) hasta poder volver a una superficie devastada. Una perspectiva más bien tétrica.
Así pues, mejor “protesta y sobrevive”, como quería E. P. Thompson, que “protégete y sobrevive”.
6 comentarios en «Cómo sobrevivir a una guerra nuclear»
Me gusta especialmente tu sesudo artículo. Respecto a Araceli Mangas, nunca la amé (hace tiempo está en la Complutense. Me dicen que sus intervenciones en la R.A. de Ciencias Morales y Politicas son inenarrables.
Te deseo SyR, que no es poco en los aciagos tiempos que corren.
Te he mandado un largo comentario, querido tovarich. Creo que no te ha llegado. Tu texto, crítico y convincente.
SyR
Muy de acuerdo con lo que dice Luis Castro. Un pequeño apunte: si Rusia no puede con Ucrania ¿se va a meter en guerra nada menos que contra la OTAN? La OTAN y sus incondicionales (Australia, Israel, Japón, etc) suman el 70% del gasto militar mundial. Rusia menos del 4%. Solo en caso de desesperación Putin se enfrentará directamente a cualquier estado de la OTAN. Evitémoslo, protestemos, luchemos por el desarme como lo hicimos en los 70 y 80, en las campañas contra la OTAN, Vietnam, etc. La actual carrera armamentística es un gran disparate que solo sirve a la industria militar y pone en riesgo a toda la humanidad.
Muy de acuerdo, y aunque difícil, sin armas, con dialogo y con respeto de todos a todos nuestro mundo sería mejor.
Lugar Seguro de Isaac Rosa.
Yo ya me comprado un paraguas de 12 varillas para protegerme
Hay que protestar, no sólo contra la guerra nuclear, sino contra la convencional. ¡Cuánta energía se pierde entre la fabricación y el uso de las armas y explosivos y cuánto contribuye esta barbaridad al calentamiento global, sin ninguna utilidad ni beneficio para la humanidad!