A partir de 2025, los países de la Unión Europea dejarán de subvencionar calderas que funcionen exclusivamente con combustibles fósiles, como consecuencia de la decisión tomada por la UE para paliar el cambio climático. Además, en 2040, estas fuentes de energía estarán prohibidas en los hogares europeos.
Esta medida tiene como objetivo la descarbonización del sector de la construcción, responsable del 36% de las emisiones de CO? en el Viejo Continente. La decisión ha sido aprobada por el Parlamento Europeo con 370 votos a favor frente a 199 en contra.
Se da prioridad, así, al uso de energías renovables y tecnologías sostenibles para la climatización en épocas de bajas temperaturas. Es el caso de las bombas de calor, la energía solar térmica y las redes de calefacción urbana.
La nueva normativa supondrá beneficios para el medio ambiente, pero también para los sectores de la población más vulnerables, según el eurodiputado irlandés de los Verdes Ciarán Cuffe, quien habla de facturas más asequibles. “Combatiremos la pobreza energética mientras se generan miles de empleos de calidad”, asegura.