Al menos una treintena de grupos de Facebook comparten informaciones y generan debate en torno a la ciudad de Béjar. Son muchas las ocasiones en las que se comparten novedades, pero son habituales las miradas al pasado. “Bejaranos por el mundo” es una de las comunidades de la red social que más a menudo echa la vista atrás al compartir fotografías antiguas de parajes, calles, lugares icónicos y vecinos emblemáticos.
Bucear entre los cientos de contenidos compartidos permite encontrar sorpresas y recuerdos, como la imagen de la mítica panadería Rufino, regentada por Rosi, Sinda y Loli (y el propio Rufino), posando para la cámara hace ya varias décadas, tras el mostrador de su tienda, en la calle Miguel de Unamuno (junto al también mítico caño de San Juan, en el barrio que da nombre a la preciada fuente).
Este obrador de panadería, cerrado desde hace años y fundado por varias mujeres emprendedoras de la época, es un símbolo bejarano para distintas generaciones, en especial para quienes conocieron el negocio en funcionamiento durante su infancia. Y es que una de las señas de identidad del establecimiento, que elaboraba sus propios productos, con un gran protagonismo para los dulces tradicionales, era su generosidad con la gente menuda.
Tras realizar cualquier compra, ellas siempre invitaban a una de sus delicias: “coge una perrunilla, bonita” (porque en Béjar se llaman así, en lugar de “perronillas”). En un lateral de la tienda, sobre enormes bandejas metálicas superpuestas en estructuras con ruedas, reposaban, junto a estas, los mantecados, bien cubiertos de azúcar glas. Bollos dulces alargados, redonditos y las enormes bollas, con una gruesa capa dulce y crujiente que las coronaba, además de manteladas con anises y masa amarilla de hornazo, eran otros de sus manjares (además del pan).
“Menudos mantecados tan ricos tenían. Casualmente voy a una peluquería en Madrid, donde el peluquero es sobrino”, explica uno de los integrantes del grupo. “¡Qué recuerdos! Parada obligada al salir de misa en San Juan con mi abuela”, rememora otra usuaria. “Muy buenas personas. Siempre pasaba a verlas, aunque me fui del barrio, y me daban una magdalena, como cuando era niña”, comparte otra. “Unas vecinas estupendas”, asevera otro comentario. “Ese olor según te ibas acercando a la panadería… no se me olvidará”, evoca uno más.
El grupo tiene más de 3.300 miembros y este 2025 cumplirá 15 años, pues fue creado el 15 de enero de 2010. Se trata de un foro muy activo, ya que solo durante el pasado noviembre fueron unas 200 las publicaciones compartidas.
El olor y el sabor de los deliciosos dulces de esta panadería son uno de los muchos recuerdos y tesoros que acumula el grupo. Pero hay más, porque Béjar es una ciudad con una historia igualmente suculenta.