Cañero, extrovertido, caliente, ambicioso, alegre, bailable… y todos los calificativos divertidos y canallas que se le ocurran se pueden incluir en el espectáculo que ofreció Rodrigo Cuevas este sábado a un Caem abarrotado. «Cuando venía a la sala Almargen solo estabais siete o diez y hoy llenáis el teatro. Los charros no se me resisten», comenzó el artista asturiano el show y así se metió al respetable en el bolsillo.
Fotografías. Pablo de la Peña.
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