La peluquería ‘mágica’ donde los Playmobil cobran vida

El escaparate de la peluquería Prieto Borges lleva cinco años recreando en ‘modo Playmobil’ tradiciones salmantinas como el lunes de aguas, la ofrenda floral a la Virgen de la Vega, la festividad de San Juan de Sahagún, la de las Águedas, las ferias y fiestas charras, y otras tradiciones más globales, como la Semana Santa o la Navidad.

Nuria, cuyos apellidos dan nombre al establecimiento, es la dueña de esta peluquería salmantina, y cuenta con la ayuda de su padre, Ángel, para ‘salmantinizar’ o ajustar sus ideas al universo de los míticos muñequitos de plástico. Estructuras como los pasos de las procesiones o el escenario que se instala en la Plaza Mayor para los conciertos son obra suya (pero en versión diminuta, claro). Las figuras, además, requieren sus propias adaptaciones, y de ‘tunearlas’ se encarga Nuria, así como de diseñar el escenario al completo y hacerlo realidad en la vitrina de su local.

Estos días, Prieto Borges realiza peinados de fiesta, como no podía ser de otra manera, y ofrece, al mismo tiempo, un diorama navideño con tintes muy salmantinos, como las carrozas de los Reyes Magos, réplicas de las originales. También hay lugar para el traje charro en la decoración actual que, por la noche, se ilumina para ‘dar vida’ a la cabalgata salmantina.

Este año, Nuria ha encontrado “la mesa perfecta”, porque esto va ‘para largo’. Y es que esta peluquera “menudas manos tiene, es que lo hace todo”, explica una clienta mientras espera a que el tinte actúe en su cabello. “Podría dedicarse a esto, si quisiera, porque tiene unas manos estupendas”, insiste.

San Fermín, el Día del Padre o el Día de los Abuelos son otros de los escenarios que este rincón del estilismo de El Rollo ha recreado en este tiempo. “Algunas señoras me van dando ideas”, explica Nuria, y es así va aumentando la variedad de sus escenas. Para ello, cuenta con unos 300 muñecos de Playmobil. “No sé cuántos tengo ya… ¡son tantos!”, confiesa.

Aunque empezó comprando los primeros para recrear la procesión de La Borriquilla, ya son muchas las personas que se los regalan, tanto clientes como viandantes que también quieren mantener con ‘vida’ los mundos en miniatura de esta profesional de la estética, con una imaginación y dedicación envidiables.

¿Cobrarán vida los juguetes cuando nadie los ve, al más puro Toy Story charro?