La Guardia Civil de Salamanca y de Cantabria, en colaboración con la Ertzaintza, detuvo el pasado 20 de diciembre a tres narcotraficantes en la estación de servicio de Robliza de Cojos. Los agentes se incautaron de 600 kilos de cocaína, un vehículo de lujo de gran cilindrada y la autocaravana donde transportaban la droga desde Portugal hasta la cornisa cantábrica con destino al resto de Europa.
Los detenidos, todos ellos de nacionalidad española y residentes en el País Vasco, son el conductor de la autocaravana donde se transportaba a droga, el conductor del Audi de gran potencia utilizado como coche lanzadera, por delante de la autocaravana para detectar posibles controles de carretera, y el copiloto, que resultó ser el líder de la organización ahora descabezada y de la que se buscan más integrantes o colaboradores.
La operación ha sido el resultado de meses de investigación, que comenzó identificando el origen de la droga en una país latinoamericano, el punto de llegada a la Península, que estaba en Portugal, y los movimientos de la organización para transportarla hasta el País Vasco, desde donde se abastecía a la cornisa cantábrica y el resto se exportaba a distintos países europeos, según explicaron este jueves los responsables de la Guardia Civil que intervinieron en el dispositivo y representantes del Gobierno en CyL y Cantabria.
Cuando detectaron el convoy en la estación de servicio de Robliza de Cojos no dudaron en asaltarlo, porque quizá no tendrían una ocasión tan clara. Entre otras cosas, porque el coche lanzadera no suele coincidir en la gasolinera con el vehículo que lleva la droga. Menos frecuente aún es que haya detenidos y ya es el premio gordo si entre ellos está el jefe de la banda.
Era una organización muy activa, y con grandes medios a su disposición para el tráfico de drogas (el uso de la autocaravana ha llamado poderosamente la atención de los investigadores por ser un vehículo familiar y muy caro) y, sobre todo, adoptar las medidas de seguridad oportunas para detectar posibles seguimientos policiales de todo tipo. Y para escaparse en caso de verse sorprendidos, porque el Audi de matrícula francesa en el que iba el responsable de la organización tiene una potencia que lo haría inalcanzable a los vehículos policiales.
Esta organización ya estaba en el radar del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco) del Ministerio del Interior, que ha colaborado en una operación desarrollada por la Guardia Civil y la Ertzaintza.
El coche lanzadera estaba listo para abandonar la estación de servicio de Robliza de Cojos, esperando a que terminara de repostar la autocaravana, cuando un enjambre de agentes se abalanzó sobre ellos.
La droga estaba en grandes bolsas muy adecuadas para este fin en el habitáculo de la autocaravana, a la vista, porque no había dobles fondos.
La demora de secretario judicial permitió que el público asistente se recreara grabando vídeos que posteriormente subieron a distintas plataformas de internet.
Dentro de las mismas actuaciones la Guardia Civil y la Ertzaintza practicaron posteriormente tres registros en diferentes inmuebles sitos en el País Vasco, provincias de Bizkaia y Gipuzkoa, donde han sido intervenidos varios vehículos de alta gama con una valoración de más de medio millón de
euros, cuyo elemento más importante es su alta cilindrada y prestaciones como garantía de fuga en caso de delatar la presencia de dispositivos policiales, dinero, así como máquinas para el cuenteo de dinero, elementos de pesaje y de envasado, todo ello como testimonio del rol de distribución de las sustancias y dinero.