Opinión

Navidad, Navidad y esconder la realidad

Paquetes de regalos. Imagen de Kari Shea en Pixabay

Navidad, Navidad, a esconder la realidad. Guárdala en algún bolsillo por piedad.
Que hoy la vida tiene un brillo de bondad.
Hay un pino navideño, en el medio de la plaza,
y más de un niño pequeño, se detiene y llora un sueño, cuando junto al árbol pasa…”

(Eduardo Peralta)

Entre añoranzas y deseos; entre tristezas y alegrías; entre ausencias y encuentros, transcurren los últimos días del año. El fin y el inicio de un nuevo paso, ilusiona y sobrecoge. La muerte y la vida se encuentran. Un calendario se quema, y otro vacío surge entre las llamas.

Nuestra mirada se dirige a los seres queridos, y a la luz de las estrellas. Se alumbra el interior y el exterior de nuestras vidas. Las emociones se intensifican, se arremolinan, presionan por emerger.

Los niños tienen un sueño, su rostro transmite expectación, sorpresa, ilusión y alegría. Los mayores queremos participar del juego, liberar los deseos, las esperanzas, aunque sea de forma vicaria y costosa. Queremos jugar, sin pensar en el sonar de la campanilla que despierta.

Porque el jugar es una experiencia placentera y sanadora, que da la ocasión de crear un mundo alternativo, mágico, que nos evada de la realidad, y que nos permita crear una zona segura y de libertad en el ejercicio de nuevos roles.
No lamentemos el no poder disfrutar como niños, pero sí, el perder las oportunidades que nos da el presente de seguir jugando.

“…en mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir.
El niño que no juega no es niño,
Pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él
Y que le hará mucha falta…”. (Pablo Neruda)

maritzalastra@gmail.com

7 comentarios en «Navidad, Navidad y esconder la realidad»

  1. Gracias por tu immensa capacidad de recuperar el sentito profondo de la existencia de la vida.

    Revolucionar mentes para acariciar las emociones universales.

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  2. Felices Fiestas de Navidad, Año Nuevo 2.025 y Reyes Magos de Oriente, que SM Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron al Portal de Belén sin necesidad de Guías Michelin ni GPS para adorar al Niño Jesús , ofreciéndole Oro, Incienso y Mirra. y que ese acto sea para todos los desfavorecidos y migrantes en el Mundo. Saludos desde Begoña.

    Responder
  3. Preciosas palabras querida Maritza, iluminan, sobrecogen, hilvanan un hilo conductor a la importancia y belleza de lo simple. Nada más y nada menos! Un abrazo desde Viña del Mar, Chile.

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