Un 31 de Diciembre de 1936 fallecía don Miguel de Unamuno y en Salamanca cada año lo recordamos con dos homenajes, uno en el cementerio donde está enterrado, y otro en la magnífica estatua de Serrano.
Hoy Salamanca ha vuelto a perder otra oportunidad para hacer más grande al Rector Vitalicio. Nosotros habíamos pedido a nuestras autoridades locales que invitaran al acto a la Presidenta del Cabildo de Fuerteventura sabiendo que este año se han cumplido cien años del destierro a aquella isla del vasco-charro por excelencia y los isleños lo han celebrado por todo lo alto con infinidad de actos culturales.
Acompañados de música y danzarines charros y canarios hubiera representado ese ánimo universalista en el que siempre destacó quien luchó como un coloso por su libertad y la nuestra.
Quizás hoy lo mejor sea traer algo del gran escritor que inventó las «nivolas» sólo para que lo dejaran escribir en paz y es que Niebla sólo hay una, la suya:
«No quiere usted dejarme ser yo, salir de la niebla, vivir, vivir, vivir, verme, oírme, tocarme, sentirme, dolerme, serme: ¿conque no lo quiere?, ¿conque he de morir ente de ficción? Pues bien, mi señor creador don Miguel, ¡también usted se morirá, también usted, y se volverá a la nada de que salió…! ¡Dios dejará de soñarle! ¡Se morirá usted, sí, se morirá, aunque no lo quiera; se morirá usted y se morirán todos los que lean mi historia, todos, todos, todos sin quedar uno! ¡Entes de ficción como yo; lo mismo que yo! Se morirán todos, todos, todos.” (Niebla de don Miguel de Unamuno).
Por. José Luis Blanco.