“El objetivo es trabajar cuatro días a la semana”

Pepe Álvarez, secretario general de UGT, acude al congreso de la sección sindical de Prosegur que tiene lugar este miércoles en Salamanca
Pepe Álvarez, secretario general de UGT.

Pepe Álvarez, secretario general de UGT, viene a Salamanca este miércoles para asistir al congreso de la sección sindical de Prosegur. Durante la charla con él, asegura que Salamanca es una ciudad «imponente, impresionante,… en cada esquina puedes pararte y ver nuestra historia y sentirte reconocido en una parte de ella”, comparte.

Se relame al hablar de la gastronomía charra y “el hornazo es uno de sus productos preferidos. Las cualidades culinarias que ha dado la propia tierra son tan inmensas que podrías estar unas cuantas semanas allí y no acabarías de probarlo todo”.

50 años en UGT ¿Cómo ha cambiado Pepe Álvarez en este medio siglo?
Como el país. De un joven que empezó a hacer sindicalismo a los pocos meses de acabar la dictadura, a un secretario general de la UGT. Ha pasado mucho tiempo. El país no es el mismo y la experiencia es uno de los elementos fundamentales para encarar el futuro.

¿Soñaba que iba a liderar el sindicato en el que empezó a militar?
En absoluto. Creo que es muy difícil que alguien en el sindicato, con esas edades, pueda pensar en liderarlo. Pero, ni siquiera lo pensaba hace diez años. Creo que el sindicato va andando y, en función de los valores que te atribuyen, van decidiendo cuáles son los sitios donde estás y tú, en todo caso, vas aceptando o no.

Durante estos últimos años los sindicatos han contribuido a reformar las pensiones, la subida del SMI o la reforma laboral. ¿Qué le diría a los que opinan que los sindicatos han perdido su razón de ser?
Una cuestión muy sencilla, que analicen los convenios colectivos sectoriales y vean en qué sectores son mejores para los trabajadores y las trabajadoras. Hay una relación directa entre la implantación sindical y el resultado de esos convenios colectivos. No es casualidad que la industria tenga los convenios más altos; las jornadas de trabajo más bajas, en relación con los servicios privados. Además, en la función pública las condiciones de trabajo son mejores. Todo ello tiene mucho que ver con la implantación de los sindicatos. Somos la fuente de derecho más importante para los trabajadores y trabajadoras de nuestro país. Desde su fundación, nada se ha hecho sin la aportación y el trabajo de los sindicatos, que es lo mismo que decir de los trabajadores. Los sindicatos son la expresión organizada de los trabajadores y trabajadoras.

Y en esta misma línea ¿A quién beneficia que haya una corriente voceando que las instituciones no los representan?
Sobre todo, al poder, a los que en teoría dicen que combaten. Este clima de que no hay nada que nos represente y que la representación mejor es la individual es el fin de los derechos colectivos. Por lo tanto, es el fin de los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Los que con eso dicen que combaten a los poderosos, lo que están es dándoles todas las armas para que los poderosos cada día sean más poderosos y tengan menos contrapesos.

Son los que van a salir ganando de este descalabro…
Si no lo paramos, los que van a ganar son los que más tienen. No hay ninguna posibilidad, porque nunca ha ocurrido, a través de la historia, que uno personalmente o unipersonalmente pueda negociar con la contraparte sus condiciones de trabajo en igualdad de condiciones. Solo colectivamente puede mejorarlas, porque puede haber una correlación de fuerzas que le permita mejorarlas. Lo contrario solo beneficia a algunas personas determinadas con algún tipo de formación que les permita negociar en esas condiciones. Pero, la inmensa mayoría de las personas trabajadoras salen perdiendo.

Yolanda Díez, ministra de Trabajo, y Pepe Álvarez, secretario general de UGT.

Llevamos un cuarto de siglo del XXI. Cuéntenos por qué el acuerdo alcanzado a finales de diciembre, de la reducción de la jornada laboral, se adapta a los tiempos.
El acuerdo al que hemos llegado con la reducción de la jornada a 37,5 horas se va a adaptar a que pueda haber una equiparación mínima para las trabajadoras y trabajadores que se han quedado atrás.

¿Quiénes serían?
Son aquellas personas que trabajan en esos sectores que hay menos presencia sindical. En una parte muy importante de las empresas de los sectores, la jornada de trabajo está en el entorno de las 37,5 horas. Por tanto, no va a sufrir una rebaja sustancial, donde va a verse es en estos otros sectores. Necesitamos dar ese paso adelante para continuar reduciendo el tiempo de trabajo a través de la negociación colectiva. Para nosotros es absolutamente esencial, porque va a ser lo que nos permita avanzar en ese camino.

¿Hasta dónde llegará esa reducción?
A las 32 horas semanales, cuatro días a la semana. Como ocurre en una parte muy importante de los países de nuestro entorno europeo.

Se ha dicho que este siglo es el de la mujer. ¿Qué peso tiene en su sindicato?
Sin lugar a dudas el siglo XXI es el de las mujeres, de la igualdad. Por eso se ha levantado este viento fuerte que intenta impedir que se pueda seguir avanzando. En el caso del sindicato, si hablamos de esos últimos 40 años, el peso de la mujer se ha multiplicado hasta el infinito. Hoy, por resoluciones estatutarias, los órganos del sindicato tienen que ser paritarios. Ni hombres, ni mujeres podemos tener menos del 40% de representación en los órganos del sindicato. Excepto en algún sector en el que la mujer tenga una mayoría muy amplia o al revés.

Usted que forma parte de la Confederación Europea de Sindicatos, como vicepresidente. ¿Cómo están las cosas por ahí fuera? ¿Cómo ve Europa en este momento?
Francamente, con una situación de dificultad extrema, porque difícilmente hay un momento en la Unión Europea de tanta incertidumbre política interna.

Explíquese.
El auge de la extrema derecha va a condicionar el propio avance de la consolidación de este espacio político, económico… que nosotros queremos que sea social. Eso no había pasado con tanta contundencia en Europa desde su constitución.

¿Podrá?
Tenemos una Europa que está haciendo frente a una guerra que está en nuestras fronteras y que nos hace replantearnos todo lo que tiene que ver con los temas de defensa. Sobre todo, de defensa común. Vivimos en una Europa que tiene un espacio social que quiere preservar, que en estos momentos está intentando ser saboteado por las economías más importantes del mundo.

Por ejemplo.
Estados Unidos, que van a estar en manos de Trump a partir del 20 de enero. Hacer frente a todos esos retos con los cambios que se están produciendo es un trabajo importantísimo de la Unión Europea.

¿Se conseguirá?
Creo que Europa se crece con las dificultades. De esta situación espero que haya más y mejor Europa, porque fuera de Europa…

Hace frío.
Mucho. Además, no hay ninguna otra solución para la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas.

Pepe Álvarez, secretario general de UGT.

España es un país de migrantes, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Usted es un ejemplo, de Asturias a Cataluña. ¿Somos tan diferentes los catalanes, asturianos o castellanos?
No, porque hay 500 años de historia en común y es el momento de la historia que se comparte. Lo que es evidente es que hay un nexo de cultura muy importante que se ha ido trasladando de unas épocas a otras. En todo caso, creo que el valor de la identidad de algunas comunidades de nuestro país es un valor que hay que preservar, porque forma parte de un valor común. Tenemos que convertir, lo que para algunos es un problema, en todo lo contrario. La diversidad es riqueza y eso lo tenemos que explotar en positivo. Lejos de pensar que en España haya tres lenguas cooficiales, y una más que podrá serlo en un futuro, no es un problema, todo lo contrario, es una gran riqueza. Deberíamos de trabajarla, porque eso nos va a hacer más fuertes.

O sea, las personas que vienen de fuera aportan.
Siempre. Las sociedades cuanto más se mezclan son más ricas, potentes… y mejores resultados dan desde todos los puntos de vista. Especialmente, en el caso de las personas que están viniendo a España en estos momentos. Somos un país que cada día necesitamos más personas, porque no nacen niños y nos permitimos el lujo de tener 5.000 o 10.000 niños y jóvenes que han llegado a nuestro país sin acompañantes, sin destino. Me parece que es algo que deberíamos plantearnos. Esto para España no es un problema, creo que bien tratado y visto desde una perspectiva de integración, va a generar riqueza para el futuro de nuestro país.

Usted pide que se actualice la Ley de Prevención de Riesgos Laborales porque está obsoleta y no contempla la salud mental. ¿Cuánto favorece a una empresa que sus trabajadores estén sanos en el plano psicológico?
De uno a diez, diez. Las empresas que en estos momentos dedican una buena parte de la actividad a cuestiones que tienen que ver con las nuevas tecnologías, sin hablar de la inteligencia artificial, sino desde una perspectiva más amplia, este es uno de los factores fundamentales. De hecho, muchas de estas empresas, a falta de que haya un reconocimiento por parte de las mutuas de este tema como una enfermedad profesional, ellas mismas están haciendo contratos con departamentos de psicología para tratar esas demandas. Es increíble que en plena era de la digitalización, de la inteligencia artificial… aún hoy ese no sea uno de los temas fundamentales de nuestros servicios de prevención.

Por último. Pepe, lleva años escribiendo en su blog, fue precursor y vio el impulso que podían tener las redes. ¿Las ve como una amenaza o una fortaleza?
Son las dos cosas. Una fortaleza, porque creo que las redes sociales han abierto la posibilidad de que muchas personas hayan podido estar y conocer qué piensan, qué cualidades artísticas tienen… A la vez, también son un pozo de mierda, es la expresión que me sale (Risas) porque la utilización que se está haciendo por parte de determinados sectores, está generando mucha desinformación, bulos, medias verdades, que muchas veces son mentiras. Con el tiempo iremos digiriendo y tendremos la capacidad para discernir lo que es información de lo que es un bulo, o lo que es sencillamente una opinión.

1 comentario en «“El objetivo es trabajar cuatro días a la semana”»

  1. Lógico tu no trabajas ninguno el objetivo sería que desaparecieran los sindicatos inútiles que no ocasionan más que gastos los servicios trabajan 24 horas 365 días al año explicar que España tiene el 80 de servicios de fábricas con jornadas de dia y noche sector de alimentación con horarios de 24 horas los sindicatos a qué parte de la población representan a muy poca sobran todos

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