Empezamos el año con buenos deseos, con los mejores propósitos y con golpes de realidad que no convencen a quienes vivimos con los pies en el suelo.
Divide et impera o lo que es lo mismo, divide y vencerás, célebre frase que hoy tomo prestada con el permiso de Julio Cesar se hace presente más que nunca, no solo en las calles sino en las redes sociales.
Distinguir fake news en ocasiones se convierte en deporte nacional, pero enfrentar realidades se ha convertido en una vergüenza incapaz de tolerar ya.
Vergonzoso me parece que traten de enfrentar a nuestros jóvenes con nuestros mayores, despectivamente incluso con insultos porque tienen lo que, por Ley, le corresponde. Muchas veces pensiones ridículas después de años de trabajo, pasando frío, calor, explotados y haciendo trabajos que hoy serían denigrantes. Esos son los que en cierta red social se les critica, se les llama viejos sin respeto y a quienes enfrentan unos con otros, sin ninguna vergüenza se les olvida que fueron sus padres y los míos quienes levantaron un país en donde se instauraron derechos que no había. Se les debe el reconocimiento de toda una vida luchando y peleando por un País mejor y si hoy tienen su casa pagada, su pensión y reitero a veces ridícula con la que muchos de ellos ayudan a su familia es porque se privaron de casi todo y fueron hormiguitas, no porque nadie les haya regalado nada. Comparen quien merece y quien no y que es lo que arruina un país.
Estrategia que se está volviendo peligrosa para una sociedad dormida con valores que cotizan a la baja y que permite que siga existiendo dolor, sufrimiento y falta de respeto.
Propósitos de Nuevo Año, que solo cambia en el calendario.
Tener opiniones distintas, enriquece, pero cuando ello se basa en la asertividad, pensamiento crítico, respeto y aprendizaje, no cuando la crispación, la falta de educación y la vergüenza inexistente hacen el trabajo sucio.
Ojalá entre los propósitos de este año estuviera la empatía hacia los demás. Ojala aprendiéramos que la solidaridad no es dar lo que sobra y ojalá antes de abrir la boca, pensáramos lo que vamos a decir.
Les aseguro que como sociedad nos iría mejor
No se trata de dar lecciones de moralidad, allá cada uno con su conciencia, pero enfrentarnos unos a otros como si fuéramos enemigos supone un juego de tronos que no beneficia al ciudadano de a pie, sino a otros.
El pueblo cuida del pueblo no lo olviden y no dejen que la división y los enfrentamientos, en ocasiones sin sentido nos lleven a una espiral en la que volvamos a perder los mismos de siempre.