“No tengo ninguna añoranza de la política”

Que fue de… Hace diez años Jesús Caldera, ministro de Trabajo y Asuntos Sociales durante el Gobierno de Zapatero, decidió volver a su puesto de trabajo como secretario de Ayuntamiento, en este caso en Ávila. Durante la charla veremos a qué dedica su tiempo; la importancia de su madre y las mujeres de su vida y su opinión de Pedro Sánchez y el diálogo.

Por curiosidad. ¿Se ha jubilado ya?
No. Sigo en activo. Estoy trabajando. Soy un servidor público. Aprobé las oposiciones como secretario de Ayuntamiento, en 1979. Durante mi vida pública estuve en excedencia en servicios especiales. A principio de 2017, me reincorporé a mi puesto de trabajo. Soy secretario del Ayuntamiento de Ávila. Donde he pedido prolongación de actividad y voy a estar hasta los 70 años.

¡Guau!
Me encuentro muy bien, plenamente activo. Es un trabajo intenso, tanto intelectual como físico, y prefiero seguir cotizando al sistema de Seguridad Social, donde ya lo he hecho por 45 años, para no gravarle demasiado. A los 70 años me tengo que jubilar con carácter obligatorio. Si me encuentro bien de salud, estos tres años que me quedan, seguiré como secretario general del Ayuntamiento de Ávila, que es mi plaza obtenida por oposición.

Por la parte que me toca, gracias por esa contribución.
(Risas)

Hace 10 años que dejó la política activa ¿Cuánto ha leído en este tiempo?
Muchísimo. Siempre he leído mucho, pero desde que dejas la vida pública, con la intensidad exigible que tenía, he tenido tiempo para leer.

¿Ha releído algún libro en este tiempo?
Sí. He leído El Quijote tres veces, en la edición de Francisco Rico que es una maravilla. Ya lo había leído dos veces antes. Ahora, me he propuesto leerlo todos los años. Sin ninguna duda, es la obra universal. Eleva la Literatura española por encima de cualquier otra. Quizá solo comparable a la Shakespeare.

Sorpréndanos con más libros.
Los Episodios Nacionales, de don Benito Pérez Galdos, que ahora estoy releyendo por segunda vez. Otra auténtica maravillas. He leído toda la obra de Cervantes, de Federico García Lorca, de Gabriel García Márquez… y docenas y docenas. Leo de media de entre 40 y 50 libros al año.

¡Maravilloso!
Es una de mis pasiones.

Jesús, cuéntenos. ¿Cada vez que lee El Quijote aprende algo porque es un clásico muy moderno?
Claro. Es infinito, inagotable, inabarcable… Recuerdo haber leído a Muñoz Molina que dice que siempre que viaja, lee algún capítulo, y siempre descubre algo nuevo. A mí me ocurre exactamente igual.

Por ejemplo.
Las recomendaciones de buen gobierno que hace a Sancho, cuando el Duque en Zaragoza, en una burla burlesca, le concede la Ínsula Barataria. En mi opinión, las recomendaciones del ejercicio del buen gobierno están por encima de las de Maquiavelo o de cualquier consultor político de la época. Son una auténtica maravilla. Cervantes era un hombre comprometido con la Justicia, con un enorme respeto al papel de mujer, hablamos del siglo XVII, con unos conocimientos enciclopédicos de la Literatura de la época y, por supuesto, de los clásicos. Y, con un modo de escribir inigualable. Nadie lo ha podido superar.

¿En qué sentido?
Miguel de Cervantes vino a manejar unas 45.000 expresiones en castellano. Se dice que Shakespeare utilizó 60.000. Son los dos grandes atesoradores de las maravillosas lenguas que son el castellano y el inglés.

Y siguiendo con sus aficiones. ¿Cuántos kilómetros ha recorrido?
Bastantes. Ahora, como estamos ‘controlados’ por el móvil, me marca lo que hago diariamente. No es toda la que hago, porque no siempre lo llevas encima.

Me tiene en ascuas…
Vengo haciendo unos 4.000 kilómetros al año, más de 2.000 son en alta montaña. Me apasiona. Grabo las rutas y en este 2024 he hecho unas 72 rutas de alta montaña. Todo lo tengo computado.

Se le escucha entusiasmando. ¿Se esperaba esta etapa iba a ser tan satisfactoria?
La verdad es que no. En alguna ocasión he dicho que tenía que haber dejado la vida pública antes. Fue un error estar tanto tiempo, me refiero al periodo después de haber estado en el Gobierno, porque ahí se hicieron muchas cosas. Pero no pensaba que fuera tan fantástica. Cuando me preguntan si hay vida fuera de la política, respondo: La vida está fuera de la política tal y como está ahora España. No tengo ninguna añoranza de la misma. Soy absolutamente feliz y no quiero cambiar para nada los años que me quedan de vida.

Y ahora lo más importante. ¿Cuánto tiempo le ha dedicado a su familia?
Todo el que puedo. Si quitamos mi jornada laboral a la que acabo a las 15.00 horas, le dedico el resto del tiempo, salvo el que me quita la lectura, que lo hago por la noche y la montaña, que lo hago los fines de semana. Tengo cinco nietos maravillosos, aunque algunos no viven cerca de mí, procuro viajar con frecuencia par estar con ellos. Le dedico más intensidad a mis nietos, que lo que le pude dedicar a mis hijas.

¿Son mayores sus nietos?
De los 2 años la pequeña a los 12 años la mayor.

A la de 12 ya le puede contar cosas. ¿Qué le va a explicar a sus nietos de aquellos años en Madrid inmerso en la ‘movida madrileña’ sobre la Transición?
La Transición fue un tiempo único. Diría que maravilloso. Fue una rara avis, no es muy normal en las sociedades modernas que haya un periodo tan brillante de acuerdos, entendimiento y reconciliación. Lo que les explico a mis nietos es que la izquierda -la socialdemócrata- renunciamos a muchísimas cosas a favor de la Democracia.

¿Acertaron?
Creo que sí, porque el país cambio absolutamente. Ese país pobre, aislado, sumido en las desigualdades, en la oscuridad, en el pasado, en la falta de libertad de todo tipo, personal, religiosa, económica, a favor de la mujer, que no disponían de casi ningún derecho en el periodo de la dictadura, no podían viajar, necesitaban la autorización de su padre o marido, no podían tener una cuenta corrientes… En fin, estábamos casi en el medievo. La Transición permitió, con alternancia política, primero la UCD, luego el PSOE, el gran periodo de Felipe González, transformar radicalmente el país.

Usted estuvo allí.
Sí. Fui diputado en 1982. Voy a contar una anécdota. El día que fue elegido había 9.9 millones de afiliados a la seguridad social. De ellos, solo tres millones de mujeres. Hoy hay 21,5 millones, de los cuales, casi 11, son mujeres. Casi estamos equiparados entre mujeres y hombres. Este es el mejor dato que demuestra la Revolución Copernicana que se ha producido en la sociedad española.

Alguna más.
Sanidad, Educación, infraestructuras, que son formidables, a pesar de los pesares, y de las crisis que hemos padecido tan severas, pero las hemos superado. Un periodo de ilusión, de esperanza… es un gran patrimonio, que espero que las generaciones actuales y venideras sepan conservar.

En una entrevista mencionó el compromiso con los demás y la influencia de mi madre ¿Acudía a su madre para que le pusiera los pies en la tierra teniendo en cuanta que fue diputado con 25 años?
(Silencio) Sí, siempre. Mi madre tuvo una enorme influencia sobre mí. Más que nada por el ejemplo, el sacrificio. Fue una de las mujeres, porque lamentablemente ya falleció, aunque hablo con ella todos los días y le dedico mis pensamientos… Charlo con ella cuando vengo a trabajar en el coche…

Eso lo hacemos todos los que hemos perdido a un padre o a un referente…
Por supuesto. Le robaron su infancia, juventud… era una mujer muy inteligente. Habría sido lo que hubiera querido, pero no pudo porque tuvo que trabajar desde los 12 años al quedar huérfana en una situación dramática en la Guerra Civil Española y se merecía todo. Era progresista, adelantada a su tiempo. Me enseñó muchísimo. Siempre requería consejo de ella, como lo hago con mi esposa y mis hijas. He tenido la fortuna de disponer de maravillosas mujeres a mi lado.

Decía que militó en el PSOE por su historia y modernidad. ¿Qué importancia tienen ahora esos dos pilares para usted y para el partido?
Creo que sí. Inicié mi militancia en el PSOE en 1979. Voy a recurrir a una frase de un gran compañero, José Andrés Torres Mora, para responder: El PSOE es el partido que más se parece a España.

¿Está de acuerdo?
Sin ninguna duda.

¿Por qué?
Porque es el partido reformista, de la modernidad. Es el partido que ha traído a este país los grandes avances sociales, las grandes leyes de prestación universal como la Sanidad, Educación… después las grandes leyes abordadas por Zapatero. Leyes que la derecha refuta, combate… pero cuando gobierna no toca, cosa que en el fondo me alegra, aunque denota una enorme hipocresía. Le Ley de Divorcio, es verdad que viene de Fernández Ordoñez, de la época de UCD, pero la iban a derogar. Al igual que la del Aborto… Ahora que se ha aprobado el derecho a morir dignamente, también han dicho que la van a derogar. Si algún día gobiernan, no lo harán. Por tanto, el Partido Socialista se identifica con el gran avance social, democrático, histórico, porque es el periodo de mayor avance que ha habido en la historia de España, y es modernidad, al mismo tiempo memoria, porque es centenario. Creo que es uno de los puntales esenciales de la convivencia. No digo que sea el único.

Cuando fue ministro de Trabajo y Asuntos Sociales se bonificaron los nacimientos y amplió el permiso paternal, se aprobó la renta activa de inserción, la Ley de la Dependencia, el estatuto de los trabajadores autónomos, la regulación de 650.000 inmigrantes…. ¿Descansó algún día mientras fue ministro?
También la Ley de Igualdad entre Mujeres y Hombres; Ley Contra la Violencia de Género y el estatuto de los españoles en el exterior. En mi época llegamos a pagar más de 70.000 pensiones a españoles en situación de necesidad en otros países. Eso lo hacen muy pocos países en el mundo. Respondiendo a la pregunta, descansé poco en ese tiempo. Aquello fue una actividad tremenda. Nos permitió 20 millones de ocupados, afiliados a la seguridad social. Ese dato, que fue en 2007, no lo hemos recuperado hasta hace un año. Fue un periodo magnífico, con un trabajo intensísimo. Descansé poco, pero uno tiene la íntima satisfacción y la enorme alegría de haber conseguido aquellas grandes leyes Dependencia, Igualdad, Contra la Violencia de Género… prácticamente por unanimidad y siempre con Diálogo Social. Compartieron aquello con empresarios y sindicatos. Suelo decir que éramos un Gobierno de coalición con los interlocutores sociales, porque compartimos con ellos grandes iniciativas.

¿Qué importancia le da usted al diálogo?
(Silencio) Quienes quieren romperlo, quieren romper el país. Saben muy bien lo que hacen. Espero que la sociedad española no se deje engañar.

¡Ojalá!
Leo encuestas que dicen que hay un porcentaje de jóvenes que aceptarían gobiernos autoritarios. Como leí el otro día en un artículo de la excelente escritora Irene Vallejo, estos jóvenes piensan así porque no lo han vivido.

Usted sí que vivió la dictadura de Franco.
Por eso, si vivirán un día o una sola hora lo que supuso la dictadura, la privación de libertades, entenderían que eso es abominable. Por ello, el diálogo lo es todo. El Diálogo Social, con los interlocutores sociales, con los sindicatos y empresarios. Las normas no se asientan si no se dialoga.

Por último ¿Cómo ve a Pedro Sánchez?
Le veo muy bien. Lo conozco desde hace muchos años, desde que era concejal en el Ayuntamiento de Madrid, después como diputado… Siempre apreciamos en él unas grandes capacidades. Le veo aguantando una época muy difícil y habiendo promovido políticas extraordinarias de progreso para todos los ciudadanos de este país.