Restauramos el antiguo fielato de las Salesas para instalar una oficina municipal de turismo en la entrada norte de Salamanca. Salamanca puede presumir de ser de las pocas ciudades españolas que conserva esta estructura arcaica de cobro de arbitrios municipales y vigilancia sanitaria. Al llegar a la alcaldía existían dos, el que comento y otro al lado del Puente Romano que desapareció para dejar exento el monumento del siglo I.
La oficina de turismo que abrimos fue la segunda después de la ubicada en la plaza Mayor, en el Pabellón Real, desaparecida cuando dejamos expedita la entrada al ágora por el Arco del Toro.
El fielato recuperado tiene 15 metros cuadrados de superficie. En ese espacio tenían su estancia los vigilantes sanitarios y los funcionarios de cobranza de tasas de entrada a la ciudad. Además, había una pequeña dependencia para los archivos y un minúsculo aseo. Las obras para adecuarlo como oficina de turismo costaron algo más de medio millón de pesetas.
Atendía a turistas y visitantes nacionales que entraban a la ciudad por el norte. Tuvo mucho éxito y necesitamos ampliarle el horario. La oficina funcionaba los fines de semana, desde Semana Santa hasta octubre.
El Ayuntamiento de Salamanca asistió todos los años en el mes de enero a la Feria Internacional de Turismo de Madrid (FITUR) dentro del stand de la Junta de Castilla y León. Años después, constituido el grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, concurrimos juntas. El primer año obtuvimos un premio por eso de la novedad.
Utilizábamos los reclamos tradicionales para atraer visitantes: patrimonio, naturaleza y ambiente universitario entre otros. Nos convertimos en una de las más visitadas entre las ciudades de interior. A partir de nuestra llegada enfocamos el reclamo también en la oferta cultural, en el Palacio de Congresos, ofreciendo la ciudad como lugar de celebración de eventos, congresos y ferias. Apostamos por nuestras fiestas singulares: Lunes de Aguas, Ferias de septiembre, Feria Gastronómica de Botigueros, Mariquelo, y por el Tren Plaza Mayor.
En 1986 visitaron la oficina de turismo instalada en la plaza Mayor 42.000 personas, un año antes fueron 36.000. La Delegación Territorial de Transportes de la Junta de Castilla y León elaboró una encuesta sobre las preferencias de los visitantes que llegaban a Salamanca, 300.000 en el año citado. Los meses más turísticos fueron julio, agosto y septiembre. Santiago Rodríguez, jefe del servicio de turismo del Ayuntamiento, fue uno de los artífices del desarrollo turístico de la ciudad. A él se deben muchas de las iniciativas que acabaron aportando a Salamanca miles de visitantes cada año.
El turista tipo que se acercaba a Salamanca era entonces de nivel medio-alto, mayor de 40 años, amante del patrimonio artístico, participante de un congreso científico y que buscaba en la ciudad alguna actividad cultural. Podíamos decir que el perfil del turista que nos visita es el que todas las ciudades del mundo desean. Los extranjeros que con más frecuencia se veían en nuestras calles eran, por este orden, franceses, ingleses, portugueses y americanos.
Santiago Rodríguez, el responsable municipal de turismo, apostaba por el turismo cultural como diferenciador con otras ciudades españolas y, sobre todo, de las del entorno, para ello se diseñó una ruta de ciudades Patrimonio de la Humanidad. Pero lo que atrajo más turistas fue, sin duda, la llamada “movida salmantina” de los fines de semana. Desde el jueves por la noche hasta el domingo de madrugada concitaba en Salamanca miles de jóvenes de todas las ciudades de alrededor y, en especial, de madrileños.
En la Diputación Provincial de Salamanca se trabajó mucho y bien en este aspecto bajo la dirección del diputado de Turismo de la administración provincial, Nicolás Arias, con Francisco Martín del Molino, diputado de información. Buscaban trasmitir a la provincia el tirón que estábamos observando en la ciudad. José María Charro Valls, delegado territorial de Turismo en Salamanca, potenció los campings de la provincia abriendo dos nuevas instalaciones, Los Santos y Linares de Riofrío.