Es evidente que muchos españoles para vivir dignamente, es decir, según dicta la Constitución del 78, tienen problemas para comprar o alquilar una vivienda. Una vez más, y es muy español, esto se debe a la falta de planificación y a partir de ahí todos corren como pollos sin cabeza esperando el milagro de los panes, los peces.
Por un lado, las ‘no políticas’ están llevando a concentrar la población alrededor de grandes ciudades como pueden ser Madrid, Barcelona, Málaga o Valencia, por poner un ejemplo, y por otro la falta de un proyecto consensuado entre las tres administraciones implicadas, la local, la regional y la nacional a corto, medio y largo plazo.
Con la llegada de las autonomías, estas tendrían la mayor responsabilidad ya que son las encargadas de ‘ordenar’ su territorio, después los ayuntamientos de las capitales, diputaciones provinciales y pueblos que son ciudades. Cada palo que aguante su vela.
Ahora, que si bajo aquí o allá impuestos, aunque exijo más dinero a las otras administraciones, que si el problema es de ‘oferta’ –evidentemente la demanda de comprar o alquilar es alta por el incremento de la población activa en la España saturada- y así podríamos gastar hojas y hojas para no dar con la teclita de empezar a solucionar el mayor problema de los españoles en el año 2025 y muchos más.
Lo que no hemos oído a ningún partido es ofrecer políticas de una distribución más correcta de la población y así esas capitales siguen creciendo y creciendo sin control mientras que dos de cada tres pueblos de España se van despoblando y despoblando sin que nadie se ruborice por ello y sus casas ‘candadas’ once meses al año.
Y para distribuir la población nada mejor que empezar por la función pública incluyendo funcionarios, fuerzas armadas, cuerpos de seguridad del estado, etc. y después dirigiendo las grandes inversiones nacionales y extranjeras a zonas menos pobladas. Lo primero ya debería estarse ofreciendo con primas por traslado y lo segundo, inversión por inversión a partir de determinado importe.
Con un simple ejemplo podríamos en muy poco tiempo distribuir muchos jóvenes que ahora se hacinan en Madrid, Barcelona, Málaga o Valencia en la provincia de Salamanca cuya calidad de vida es buena, pero cada vez somos menos.
Si buscando la colaboración público-privada y los enormes fondos europeos para la transformación tecnológica se rehabilitaran todas las fábricas cerradas de Béjar y se destinaran a centros de computación –muy necesarios y destino de los Fondos Next-Generation-, además de rehabilitar todo el casco histórico de la Ciudad, donde hay viviendas cerradas.
Se puede optar por rehabilitar las viviendas de los tiempos del desarrollismo para que estos jóvenes trabajadores puedan acceder a una vivienda sin destinar más del 35% de su sueldo, si se rehabilitaran todos los monasterios y espacios de la iglesia católica, ahora cerrados o infrautilizados para destinarlos a residencias de mayores o alquileres asequibles, estaríamos hablando de descongestionar en más de 100.000 personas la España saturada para equilibrarla con la España vaciada, expoliada y vacilada que no vacía. Y así, provincia por provincia “lejanas” que diría don Miguel.
Por. José Luis Blanco.