El individuo que habitualmente ocasiona conflictos en la zona del Corrillo y aledaños, motivó este jueves otra intervención de la Policía Local de Salamanca tras recibir otra queja de su comportamiento.
Cuando lo interceptaron en la Plaza del Corrillo poco después de las once de la mañana para identificarlo no paraba de emitir alaridos como en las películas de serie B, cuando solo lo estaban sujetando mientras se hacían las pertinentes comprobaciones.
Al soltarlo no tardó en provocar de nuevo a uno de los agentes que le vio cómo tiraba varios papeles al suelo y le pidió que los recogiera. Intentó vacilar al policía cogiendo uno y soltando otro y haciendo el amago de irse. Volvió el resto de los agentes y el responsable del operativo le conminó de nuevo a que los recogiera a lo que accedió a regañadientes y mascullando una queja: «A ver si ahora voy a hacer de barrendero». Y tan ricamente.
Uno de los policías llegó a comentar a un compañero su frustración por tener que dejarlo suelto una vez más, a sabiendas de que volverá a las andadas.
No solo tiene harta a la policía. Se trata de un conocido por los riders, comerciantes y hosteleros de la zona, a los que ocasiona molestias (también a algunos viandantes), en algunos casos sobrepasando los límites, como cuando entró en un establecimiento «y se cascó una paja», dice una trabajadora.