Detectar la demencia es clave para que el paciente y su familia tengan una mejor calidad de vida y puede ayudar a frenar a tiempo los síntomas más graves gracias a una mejor intervención sanitaria y a la puesta en marcha de tratamientos efectivos. Los lapsus de memoria suelen ser los primeros síntomas de alarma, en especial cuando se trata de alzhéimer. Sin embargo, hay otras señales que se pueden percibir en el día a día y que podrían ser indicativos de demencia, según informa Daily Mirror.
Cuando los síntomas de los que habla el reportaje se repiten de manera constante, deben ser siempre evaluados por un especialista, ya que no tienen por qué determinar que una persona sufrirá alzheimer u otras demencias a lo largo de su vida.
Entre las señales de alarma, los expertos consultados Daily Mirror destacan la pérdida de olfato, la dificultad para conducir, para dormir bien, los cambios en la personalidad e incluso los problemas económicos.
Así, respecto a la pérdida de olfato, uno de los primeros signos de las enfermedades neurodegenerativas, el reportaje explica que dicho sentido puede presentar carencias décadas antes de que el alzhéimer, la demencia con cuerpos de Lewy o el parkinson se diagnostiquen. Es uno de sus síntomas tempranos más habituales.
Respecto a las dificultades en la conducción de vehículos, su importancia recae en que este pueda advertir de la existencia de deterioro cognitivo, incluso antes de que otros síntomas más evidentes se manifiesten, según el profesor de Neurología de la Universidad de Washington en St. Louis, Ganesh Babulal. No obstante, es importante estar al tanto de cualquier dificultad sobrevenida al realizar esta actividad, con el fin de determinar si se debe solo a problemas físicos (pérdida de visión, entre otros) o al efecto de medicamentos.
Cuando los los trastornos del sueño se producen de forma repentina y son especialmente agudos, es importante estar alerta, pues podrían deberse a alteraciones en las regiones cerebrales que regulan el sueño, y que son las primeras en resultar dañadas a causa del alzhéimer. Son, además, previas a las pérdidas de memoria.
En otras enfermedades como la demencia con cuerpos de Lewy y el párkinson, las dificultades para descansar pueden producirse durante la fase de sueño REM, con trastornos que pueden derivar en fuertes movimientos o gritos, con los que la persona representa sus sueños, debido a que las células mediante las que el cerebro controla la parálisis mientras dormimos presentan daño.
Respecto a los cambios en la personalidad, estas variaciones suelen preceder al deterioro cognitivo. Así lo pone de manifiesto un estudio de la Universidad Estatal de Florida, que hace referencia a comportamientos más introvertidos y menos amables, así como a una mayor desvinculación de la responsabilidad, cambios que se incrementan a medida que la enfermedad evoluciona.
Los problemas económicos forman parte del día a día de nuestra sociedad pero, cuando se combinan con cambios cognitivos o de conducta, podrían estar anunciando una demencia. Los olvidos en los pagos, las compras compulsivas, la confianza extrema injustificada y otras formas de actuar inusuales en este ámbito podrían estar causadas por alteraciones en el juicio. Es el caso de la demencia frontotemporal, en la que esta facultad se ve menguada desde el inicio. A este respecto, el neurólogo Winston Chiong advierte que las dificultades en este terreno son las primeras en avisar de un diagnóstico de demencia.