La Audiencia Provincial de Salamanca condenó a 12 años de prisión a un joven por dos delitos de homicidio en grado de tentativa, seis por cada uno de ellos, tras intentar matar a otros dos en un portal de la calle Valencia, en la capital salmantina, hace ahora dos años.
La justicia le obliga, además, a indemnizar con unos 372.200 euros a una de las víctimas, a la que seccionó la médula, y con algo más de 20.500 euros a la otra, con menores secuelas. No podrá acercarse a menos de 250 metros ni comunicarse con ellos por ningún medio por un periodo de diez años.
Así se recoge en la sentencia emitida este martes, a la que tuvo acceso Ical, que considera probado que el condenado, que entonces contaba con 22 años, cometió dos intentos de homicidio durante la madrugada del 22 de enero de 2023 contra otros dos jóvenes de 21 y 18, respectivamente. Según el relato judicial desprendido de la práctica de la vista oral celebrada en el Palacio de Justicia de la Gran Vía de Salamanca, aquella noche el condenado discutió con su novia estando de fiesta y acabó recalando en el citado portal de la calle Valencia, donde esperaban ella y una amiga.
Los tres, en un ambiente tenso, esperaron allí la llegada de una de las víctimas, quien tenía las llaves del inmueble en el que pretendían pernoctar, circunstancia que se produjo hacia las 5.10 de la madrugada. Durante el tiempo de espera, el condenado, que se mostraba nervioso y fumaba continuamente, cruzaba de vez en cuando alguna palabra con su novia y miraba constantemente hacia al exterior del portal por ver si llegaba alguien al edificio en una actitud manifiesta de «celos».
Entonces, llegó el responsable de las llaves, quien venía acompañado de un amigo, y entró primero en el portal. Tras unas brevísimas palabras, “con intención de acabar con la vida de aquel o, al menos, representándose la posibilidad de que ello pudiera ocurrir”, según aclara la sentencia, sacó del bolsillo derecho de su cazadora una navaja o cuchillo y, asiéndola con su mano derecha, le lanzó, rápida e inesperadamente, un fuerte golpe que le alcanzó en la espalda, a nivel dorso lumbar, que seccionó parcialmente la médula ósea, provocando que se desplomara al suelo del que ya no pudo levantarse.
Sin solución de continuidad, el condenado, muy violento y agresivo, “con el mismo propósito e intención”, se dirigió y abalanzó sobre el otro joven y, con la misma navaja o cuchillo en la mano, le asestó repetidas puñaladas en diversas partes de su cuerpo, incluyendo el cuello, el brazo y la región costal derecha, a pesar de que su novia trataba de evitarlo sujetándolo e interponiéndose para que no alcanzara al chico con el arma, llegando a rodar todos por el suelo. En un momento determinado, el joven menos leve pudo salir huyendo del portal, que abandonó el condenado poco tiempo después.