Después de un rayón accidental al rozar con el coche una columna en un aparcamiento, no todos los conductores tienen claro si el seguro correrá con el daño.
Las coberturas vienen especificadas en la póliza que se haya contratado y, en este caso, el documento debería incluir una para siniestros sin contrario, también denominados daños propios. Los seguros a todo riesgo cubren estos gastos, algo que los diferencia de los seguros a terceros, que solo dan cobertura a daños causados por otras personas o vehículos.
Para los casos de desperfectos en vehículos de otros conductores producidos con el nuestro al maniobrar en un parking, la reparación quedará cubierta cuando la póliza contratada contemple la cobertura de responsabilidad civil.
Pero no se trata de una característica exclusiva de algunos seguros, sino que todos la incluyen, aunque únicamente cuando el desperfecto se ha producido en un vehículo de alguien ajeno a la familia.
Las maniobras mal ejecutadas y los despistes no solo pueden causar desperfectos de chapa y pintura, sino que también pueden afectar al propio aparcamiento (paredes, columnas…).
Estos daños quedarían cubiertos también con la cláusula sobre responsabilidad civil, en el caso de aparcamientos comunitarios, pues se considerarían daños a terceros. Para dependencias privadas, el seguro del hogar podría servir, siempre y cuando recoja este tipo de cobertura.