[dropcap]C[/dropcap]uando escribo estas líneas está teniendo lugar la marcha convocada en el centro de Madrid por Podemos, y dentro de unas horas empezará la guerra de cifras, que previsiblemente irá desde los 50.000 que verá la policía municipal hasta los dos millones que habrán visto los organizadores.
Lo que probablemente la clase política seguirá sin ver es que si no se quiere que una bomba explote no hay que llamarla fea como los niños chicos, sino que hay que acercarse hasta ella y desactivarla.
[pull_quote_left]Lo que los ciudadanos que se manifiestan están diciendo hoy no es que les guste la alternativa que el nuevo partido representa, sino que están hartos de las viejas glorias.[/pull_quote_left]Lo que los ciudadanos que se manifiestan están diciendo hoy no es que les guste la alternativa que el nuevo partido representa, sino que están hartos de las viejas glorias. La gente está muy harta de que no haya justicia más que para aplicársela a los indefensos, la gente está muy harta de fianzas pagadas con lo que se robó, de servicios públicos desmantelados para financiar quiebras privadas, de gobernantes mudos ante la realidad y opositores fiados a la táctica.
Un sordo cabreo arde en las calles, y sin entender esto no será posible formular una alternativa seria. Una alternativa que tenga en cuenta ese cabreo y esté dispuesta a canalizarlo, y además tenga la capacidad para plasmarlo en acciones de gobierno.
Una alternativa con identidad. Lo diré francamente: no me gusta el mensaje que Podemos difunde de que ya no hay izquierdas ni derechas, porque es una falacia que no responde a la realidad. Siempre habrá izquierdas y siempre habrá derechas, o más bien habrá izquierdas y habrá siempre una única derecha, y los mensajes relativistas no buscan otra cosa que atraer votos de cualquier parte, votos carentes de identidad, que al día siguiente de las elecciones no será posible organizar en un programa sólido. Si no entendemos esto no entenderemos nada, y estaremos condenados al peor de los cabreos: el improductivo, el que solo persigue el desahogo.
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1 comentario en «Sin entender»
ese es el problema, q hasta ahora nadie d los q gobiernan ha bajado al suelo a entender los verdaderos problemas d la gente y Podemos es el q ha sabido agruparlos y exponerlos. Años d sinvergonzoneria, d mirar para otro lado, d poltronas e intereses partidistas. Y ahora se sorprenden. Toca cambiar para bien o para mal pero 2015 ha sido el limite.