El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo en Rusia, Vladímir Putin, prevén negociaciones sobre la guerra de Ucrania en las que la Unión Europea (UE) está exclusida. El enviado de Trump para la guerra de Ucrania, Keith Kellogg, rechazó este fin de semana la presencia europea en la mesa. Por tanto, las conversaciones también excluyen al líder ucraniano, Volodímir Zelenski. Está previsto que el encuentro entre Trump y Putin tenga lugar esta semana en Arabia Saudí.
Por ello, la UE ha organizado su propia reunión. El presdiente francés, Emmanuel Macron, ha convocado de urgencia a otros países este lunes. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también está llamado a la cita, junto con los líderes Olaf Scholz (Alemania), Donald Tusk (Polonia), Giorgia Meloni (Italia), Mette Frederiksen (Dinamarca) y Keir Starmer (Reino Unido). Además, participarán la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el del Consejo Europeo, António Costa; y el secretario general de la Otan, el holandés Mark Rutte.
Para garantizar la paz, el presidente de Francia propone el despliegue de tropas aliadas en la frontera entre Ucrania y Rusia, un planteamiento que otros países, como España, rechazan. EEUU también ha negado la posibilidad de que sus soldados, o los de otros territorios, participen en nombre de la OTAN. El primer ministro británico sí ha confirmado que Reino Unido está dispuesto a facilitar tropas.
Ucrania insiste en la necesidad de contar con un paraguas de seguridad, ofrecido desde los países aliados, una vez lograda la paz. Para ello, plantea la entrada en la OTAN, una propuesta rechazada ya por EEUU. Ante la negativa, Zelenski hace otras propuestas, como la formación de un ejército europeo.
Asimismo, el presidente ucranio sigue pidiendo la participación de su país en el proceso. “Ninguna decisión sobre Ucrania sin Ucrania; ninguna decisión sobre Europa sin Europa”, expresó durante la Conferencia de Seguridad celebrada en Múnich este sábado. EEUU dejó claro que no cuenta con la UE en las negociaciones que prevé y que ni siquiera Kiev se situará a la misma altura de Rusia.
Durante el cónclave, en las inmediaciones de la sede se registraron protestas de ciudadanos contra la Otan, la industria armamentística y las nuevas entregas de armas a Ucrania, así como acciones a favor de Ucrania, por parte de manifestantes que pedían mantener el apoyo financiero y armamentístico a Kiev. En total, se dieron cita unas 2.500 personas.
Lo que muchos consideran ya un pulso que Trump lanza contra Europa, va más allá de la guerra en Ucrania. Se desconocen las posibles consecuencias económicas que la llegada del nuevo líder de la Casa Blanca supondrá a nivel global, una supuesta guerra comercial que, por el momento, se abre con la subida de los aranceles al aluminio y al acero. La UE asegura que habrá una respuesta al respecto, pero sigue sin facilitar detalles.





















