Joaquín Sánchez y su mujer Susana Saborido llevan juntos toda la vida. Ellos mismos aseguran que fue amor a primera vista. Se casaron por primera vez en el Puerto de Santa María, Cádiz, en julio de 2005 y ahora han repetido experiencia en Las Vegas.
La de ahora ha tenido como testigo a Elvis, pero la de hace veinte años, casi, casi fue como la de Lolita. El jugador del Betis ya era un ídolo de masas y todos sus vecinos quisieron felicitar a la pareja, por lo que la novia tuvo entrar al templo escoltada por la Policía. «Le dijimos al cura que acordonara la zona de las familias y amigos pero nos dijo que era la casa de Dios y que él no le cerraba las puertas a nadie», recordaron en su visita a El Hormiguero. «Fue show más grande que el de la cantante Lolita».
Además, llevaron a la iglesia la Copa del Rey, trofeo que consiguió esa temporada el Betis, con Ruiz de Lopera, el carismático presidente sevillano al frente.
El ex futbolistas y su esposa están realizando un viaje por Estados Unidos junto a sus hijas Daniela y Salma, de 18 y 14 años.
