Conducir bajo los efectos del alcohol sigue causando accidentes de tráfico en nuestras carreteras y es, en el actualidad, “uno de los mayores factores de riesgo para la seguridad vial”, tal y como advierte la Dirección General de Tráfico (DGT).
Por ello, el Gobierno tiene previsto establecer una tasa más restrictiva, inferior a la fijada hasta ahora. El Congreso de los Diputados aprobó este martes la tramitación de una proposición de ley destinada a reducir la tasa máxima de alcoholemia en la conducción de vehículos. Pero la medida aún no está en vigor, pues se encuentra pendiente de un proceso legal de varias fases.
El Ejecutivo trabajaba ya en ella el año pasado y, en septiembre, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el director general de tráfico, Pere Navarro, anunciaron la intención de la DGT de reducir la tasa a 0,1 mg de alcohol por litro de aire espirado y 0,2 gramos por litro de sangre. Actualmente, la normativa española permite una tasa de hasta 0,25 miligramos por litro de aire aspirado (0,5 gramos por litro en sangre).
Se trata de una iniciativa presentada por el PSOE, cuya tramitación ahora es posible tras obtener 177 votos a favor, 32 en contra y 135 abstenciones.
El siguiente paso es que la proposición de ley llegue a la comisión competente y se abra el plazo para posibles enmiendas. Una vez que la Cámara Baja la apruebe, se remitirá al Senado para continuar su tramitación parlamentaria. Entonces, ¿cuándo entrará en vigor?
Se prevé que la nueva tasa de alcoholemia sea una realidad en el tercer o cuarto trimestre del año y, para entonces, es recomendable ser conscientes de la cantidad de bebidas con alcohol que se están consumiendo antes de ponerse al volante.
Tras el nuevo límite de la DGT, un conductor podría dar positivo en un control de alcoholemia tras haber bebido un quinto de cerveza (200 ml) o una copa de vino (100 ml), por lo que la medida es mucho más restrictiva, con el objetivo de reducir las muertes y accidentes en la carretera.
